No se trata de atraer a si mismo; el mundo y el pueblo de Dios está cansado de encantadores mentirosos. Y me permito de decir de sacerdotes a la moda o de obispos a la moda. Más bien traten de seguir a Dios
(RV/Agencias).- El Papa Francisco advirtió hoy a un grupo de obispos de diversos países que la gente «está cansada» de los «encantadores mentirosos», de los sacerdotes y de los prelados «a la moda».
«La gente huele, porque el pueblo de Dios tiene intuición, y se aleja cuando reconoce a los narcisistas, los manipuladores, los defensores de las causas propias, los abanderados de vanas cruzadas», dijo durante una audiencia en la Sala Clementina del Palacio Apostólico del Vaticano.
A los obispos de reciente nombramiento, que asistieron estos días en Roma a un curso sobre cómo realizar su labor pastoral, les garantizó que sólo pueden ofrecer «al mundo mendigo» la bondad, la belleza, la verdad, el amor y el bien.
«No se trata de atraer a si mismo; el mundo y el pueblo de Dios está cansado de encantadores mentirosos. Y me permito de decir de sacerdotes a la moda o de obispos a la moda. Más bien traten de seguir a Dios», insistió.
Más adelante les pidió no acostumbrarse «a la rendición» ni inventarse «discursos amargos» para justificar la propia falta de ganas ni la comodidad que bloquea bajo la excusa de los lamentos. «Los lamentos del obispo son cosas feas», exclamó.
Al contrario, los llamó a mirar a sus feligreses con una nueva perspectiva, con la mirada de la unidad y no dejar de intentar nada para llegar a ellos, no ahorrar esfuerzo alguno para recuperarlos.
«Tantos hoy se enmascaran y se esconden. Aman construir personajes e inventar perfiles. Se vuelven esclavos de los míseros recursos que recogen y a los cuales se aferran como si bastaran para comprarse el amor que no tiene precio», constató.
«No soportan la sorpresa de saberse conocidos por alguien que es más grande y no desprecia nuestro poco, y más santo y no nos hecha en cara nuestra debilidad, es bueno de verdad y no se escandaliza de nuestras heridas. No sea así para ustedes: dejen que el escalofrío los recorra, no lo remuevan ni lo silencien», siguió.
«No tengan miedo de proponer la Misericordia como síntesis de cuanto Dios ofrece al mundo, porque a nada más grande puede aspirar el corazón del hombre», aliento del Papa Francisco a los participantes en el Curso de formación para nuevos Obispos, organizado por la Congregación para los Obispos en colaboración con la Congregación para las Iglesias Orientales, a quienes recibió en audiencia en la Sala Clementina del Vaticano.
En su discurso, dirigido a los prelados «pescados» por el corazón de Dios para guiar al pueblo santo, el Obispo de Roma reflexionó sobre algunos aspectos y características del pastor según el corazón de Jesucristo, Sumo Sacerdote.
«Dios los precede en su amoroso conocimiento, dijo el Papa, Él los ha pescado con el anzuelo de su sorprendente misericordia. Sus redes se han ido misteriosamente restringiendo y no han podido resistir hasta dejarse capturar. Se bien que aún ahora una emoción los invade al recordar la llamada que llegó por medio de la voz de la Iglesia, su Esposa».
Recordando la emoción de algunas figuras bíblicas como Moisés, Natanael y los apóstoles, personajes que vivieron la misma emoción de la llamada del Señor, el Pontífice los invitó a seguir descubriendo el misterio de Dios. «No se avergüencen de las veces en las cuales también ustedes han se han sentido alejados del pensamiento de Dios – les dijo el Papa – al contrario, abandonen la pretensión de la autosuficiencia para confiar como los niños en Aquel que a los pequeños ha revelado su Reino».
Antes de concluir su discurso, el Papa Francisco invitó a todos los nuevos Obispos a orar juntos y a pedir la bendición de Dios, ya que la bendición es siempre la invocación del rostro de Dios sobre nosotros. Es Cristo el rostro de Dios que jamás se oscura. Y pidió que este siempre en su camino, los acompañe y los ilumine.