El enemigo no se equivoca, sabe reconocer donde está Jesús. Este es el ecumenismo de la sangre. Hoy somos testigos
(José M. Vidal/Aica).- Deseoso de alcanzar la unidad de los cristianos o, al menos, dar pasos decisivos hacia ella, el Papa Francisco no pierde ocasión en subrayar lo que ya une a las diferentes confesiones: el «ecumenismo de la sangre», el ecumenismo del trabajo, que se hace caminando juntos para ayudar a los hermanos, y el ecumenismo de la oración.
UNa idea que volvió a repetir, al recibir esta mañana, antes de la audiencia general y en el estudio adyacente al Aula Pablo VI, a los participantes en la Conferencia de los Secretarios de las Comuniones Cristianas Mundiales (Christian World Communions), la organización ecuménica internacional que se reúne anualmente en octubre, cada año en un país distinto para mejorar el conocimiento recíproco.
De esta organización forman parte la Comunión Anglicana, la Alianza Bautista Mundial, el Consejo Consultivo de los Discípulos Ecuménicos, el Patriarcado Ecuménico (Ortodoxo Oriental), la Conferencia General de los Adventistas del Séptimo Día, la Conferencia episcopal vetero-católica, la Federación Luterana Mundial , la Conferencia Mundial Mennonita, el Consejo mundial de la Iglesia Moravia, el Patriarcado de Moscú (Ortodoxo Oriental), los Pentecostales, el Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad entre los Cristianos (Iglesia Católica), el Consejo Ecuménico Reformado, el Ejército de Salvación, el Friends World Committee for Consultation (Cuáqueros), la Alianza Mundial de las Iglesias Reformadas, el Congreso Mundial de las Iglesias de Cristo, la Alianza Evangélica Mundial y el Consejo Metodista Mundial. A menudo está presente también un representante del Consejo Mundial de Iglesias.
En el breve discurso que improvisó, el Papa se refirió a dos frases pronunciadas por el jefe de la delegación: «Jesús está con nosotros» y «Jesús está en camino con nosotros».
«Ambas -dijo el Papa- me hacen reflexionar y me plantean dos preguntas: ¿Yo soy capaz de creer que Jesús está con nosotros? ¿Yo soy capaz de caminar con todos, juntos, también con Jesús? Muchas veces pensamos que la tarea ecuménica es solamente la de los teólogos. Por eso es importante que los teólogos estudien, se pongan de acuerdo y expresen desacuerdo; sí, es muy importante. Pero, mientras tanto, el ecumenismo se hace en camino. Y es camino con Jesús, no con mi Jesús contra tú Jesús, sino con nuestro Jesús».
«El camino es fácil, se hace con la oración y con la ayuda a los demás. Rezar juntos: el ecumenismo de la oración, unos por los otros y todos por la unidad. Y luego, el ecumenismo del trabajo para tantos necesitados, para tantos hombres y mujeres que hoy en día sufren injusticias, guerras, cosas terribles. Todos juntos tenemos que ayudar. La caridad hacia el prójimo. Esto es ecumenismo. Esta ya es unidad. Unidad en camino con Jesús», agregó.
Al referirse al ecumenismo de la sangre que está caracterizando esta época, Francisco aseveró: «Cuando los terroristas o las potencias mundiales persiguen a las minorías cristianas o a los cristianos no se preguntan: ‘¿Eres luterano, eres ortodoxo, eres católico, eres reformado, eres pentecostal?’. No: ‘Eres cristiano’. Solamente reconocen a uno: el cristiano».
«El enemigo no se equivoca, sabe reconocer donde está Jesús. Este es el ecumenismo de la sangre. Hoy somos testigos. Pienso, por ejemplo, en los frailes ortodoxos coptos degollados en las playas de Libia: son hermanos nuestros. Dieron testimonio de Jesús y murieron diciendo: ‘¡Jesús, ayúdame!’. Con el nombre: Confesaron el nombre de Jesús».
«Por eso ecumenismo de la oración, ecumenismo del camino; y, el enemigo nos lo enseña, el ecumenismo de la sangre. Gracias, muchas gracias por su visita», concluyó.