Pregúntenles tantas cosas, escúchenlos, ellos tienen la memoria de la historia, la experiencia de la vida. Y para ustedes éste será un gran don que los ayudará en su camino
(J. Bastante/RV).- «Sean apóstoles de la alegría del Evangelio. ¡La alegría es contagiosa!». El Papa Francisco quiso felicitar la Navidad a los chicos y chicas de la Acción Católica italiana, a los que recibió esta mañana en el Vaticano.
«La Navidad se acerca y me alegra encontrarlos para este momento de intercambio de felicitaciones«, recordó el Papa, quien pidió a los jóvenes que «contagien su alegría a todos, en especial a los abuelos, anunciado el amor y la ternura de Jesús».
Tal y como hiciera el ángel a los pastores, Francisco pidió a su visita anunciar y compartir la buena noticia, «testimoniándola en todas nuestras relaciones: en familia, en la escuela, en la parroquia, en todas partes».
«Tenemos que estar rodeados de alegría», pidió el Papa, quien hizo un juego de palabras con el lema de la Acción Católica en italiano -«Circondati di allegría»-, que recuerda la imagen del circo. «La alegría es contagiosa ¿Es verdad? ¿Están de acuerdo?«.
«Quisiera darles una tarea. Esta alegría contagiosa hay que compartirla con todos, pero en especial – y ésta es la tarea – con los abuelos. ¡Piensen bien en esto: esta alegría hay que compartirla con todos, pero en especial con los abuelos!», apuntó Francisco.
«Hablen a menudo con sus abuelos; también ellos tienen esta alegría contagiosa. Pregúntenles tantas cosas, escúchenlos, ellos tienen la memoria de la historia, la experiencia de la vida. Y para ustedes éste será un gran don que los ayudará en su camino», declaró.
«También ellos tienen necesidad de escucharlos a ustedes – también ellos tienen necesidad de escucharlos a ustedes – tienen necesidad de comprender sus aspiraciones, sus esperanzas. He aquí la tarea que les doy: hablar con los abuelos, escuchar a los abuelos«, porque «los ancianos tienen la sabiduría de la vida».
«¡Para no olvidar, repitamos juntos la tarea: hablar con los abuelos, escuchar a los abuelos! ¡Chicos y chicas, todos juntos!… ¡Pero qué débiles que están! ¡Más fuerte!… ¡El próximo año les preguntaré sobre esto, sobre lo que hicieron!», se despidió Bergoglio, recalcando su deseo de «anunciar el rostro de Dios que es amor. Que el Señor bendiga este proyecto vuestro de bien».