Tramar una acusación que no reconozca la doctrina de la Iglesia sobre la sexualidad y la familia, basada en la secuencia de eventos en el proyecto de Malteser International en Mianmar, es absurdo
(Cameron Doody/Hendro Munsterman).- Existencia de un grupo leal al destituido Gran Canciller y una división hasta en el Soberano Consejo. Éstos son los dos nuevos detalles que puede revelar RD acerca de la crisis en la Orden de Malta. «Estoy desmoralizado por lo ocurrido, pero quiero luchar por la justicia», dijo el fulminado número dos de la Orden, Albrecht von Boeselager, en una reunión secreta mantenida en Múnich el jueves pasado.
Según ha podido saber RD, un nutrido número de presidentes nacionales de la Orden e incluso Grandes Priores -dirigentes de asociaciones nacionales especialmente importantes en la historia de la cofradía- estuvieron la semana pasada en la ciudad alemana para «cursar consultas» con von Boeselager.
El 23 de diciembre el Papa Francisco estableció una comisión para «recoger elementos e informar en breve a la Santa Sede» acerca de la destitución de von Boeselager, acontecida el 6 de diciembre. Esta decisión papal se ha convertido en una fuente de esperanza para este Soberano Consejo «en la sombra».
«Algunos presidentes y Grandes Priores apoyan incondicionalmente al Gran Maestre, y otros al Gran Canciller (von Boeselager)», reza un comunicado de uno de los asistentes a la reunión de Múnich. «Esperemos que la comisión aborde enérgicamente la investigación y que informe debida y objetivamente al Santo Padre, ya que la situación actual es muy dañina para la imagen de nuestra Orden«.
En lo relativo a las pesquisas emprendidas por el Papa, fuentes consultadas por RD también confirman que éstas se han producido por las quejas no solo de von Boeselager sino también por las de al menos otro miembro del Soberano Consejo, el organismo supremo de la Orden con sede en Roma.
Las razones señaladas para tales quejas serían al menos tres. En primer lugar, el subterfugio con que el Gran Maestre, Matthew Festing, y el Patrono de la Orden, el cardenal Raymond Burke, pidieron la dimisión del Gran Canciller von Boeselager, alegando que el Papa la había solicitado en una carta, que luego se demostró que nunca existió.
Segundo: la orden mordaza dada por Festing en una carta, fechada el 12 de diciembre, advirtiendo que los miembros que persistieran en sus protestas se enfrentarían a sanciones disciplinares. Amenaza que carecería de toda base legal.
Y tercero: la cooptación de John Critien como Gran Canciller interino el 14 de diciembre, proceso que asimismo se habría llevado a cabo contraviniendo lo establecido en la Constitución de la Orden.
La puesta en marcha de la comisión de investigación de la Santa Sede se produce pese a la oposición a la misma expresada por Festing en un comunicado oficial del 24 de diciembre. El Gran Maestre ya había expresado su rechazo varios días antes, es decir , con suficiente antelación como para parar la investigación, si se considerara que sus protestas estaban fundadas.
Sin embargo, el Vaticano parece dado la razón ya a von Boeselager, y no sólo en eso. Fuentes citadas tanto por Reuters como por The Times of Malta sugieren que el supuesto reparto de condones por parte del fulminado Gran Canciller en Mianmar ni siquiera sería objeto de conisderación por parte de la comisión vaticana.
Es decir, las pruebas de la supuesta actividad de Malteser International recogidas y publicadas la semana pasada por el Instituto Lepanto -cercano al cardenal Burke- ya habrían sido descartadas por el Vaticano de acuerdo con la defensa de von Boeselager.
Éste siempre mantuvo desde el momento de su destitución que «tramar una acusación que no reconozca la doctrina de la Iglesia sobre la sexualidad y la familia, basada en la secuencia de eventos en el proyecto de Malteser International en Mianmar, es absurdo».