Nwachukwú mantiene relaciones cordiales con el gobierno de Daniel Ortega y su esposa Rosario Murillo e intra-iglesia es visto como el artífice del acercamiento de algunos obispos con el gobierno del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN)
(Israel González Espinoza, corresponsal en Nicaragua).- El nuncio apostólico en Nicaragua, Fortunatus Nwachukwu , reveló este miércoles en entrevista que Papa Francisco estaría considerando visitar el país centroamericano en el marco de la Jornada Mundial de la Juventud de Panamá en 2019 o incluso antes, detalló el diplomático.
En entrevista con el diario La Prensa de Managua, el nuncio apostólico detalló que durante una visita que realizó al Vaticano en septiembre de 2016, le mencionó de nuevo la invitación para visitar Nicaragua, a lo que el Papa respondió con sonrisa que ahora sería posible por su viaje a la JMJ Panamá.
«Yo al Santo Padre le hice de nuevo esa propuesta (visitar Nicaragua). Cuando estuve con él, el 19 de septiembre pasado, le dije: Santidad, toda la feligresía y el pueblo nicaragüense lo esperan y él se puso a reír. Me dijo: se puede, y ahora que visitará Panamá pues no ha excluido la posibilidad (de visitar Nicaragua), al contrario lo acogió con una linda sonrisa», explicó Nwachukwu al periodista Emiliano Chamorro de La Prensa.
Según el diplomático vaticano, la Santa Sede está sumamente interesada en dividir el vasto Vicariato Apostólico de Bluefields (que engloba las Regiones Autónomas del Atlántico Norte y Sur), una solicitud que ha sido elevada por los obispos de la Costa Atlántica, Pablo Smith Simón y David Zywiec Sidor. La desmembración podría darse a mediados de 2017, tal y como adelantó Religión Digital en su nota periodística de fin de año.
Según Nwachukwu que este viernes cumplirá 4 años de estar en el país como representante de la Santa Sede, explicó que la visita papal al país centroamericano es «totalmente posible», pero que por el momento no se puede confirmar nada.
«Naturalmente decir cuándo puede ser o cómo puede ser eso no se puede (confirmar por ahora) el Papa es muy carismático, él puede coger el teléfono un día y decir prepárenme una visita a Nicaragua, él tiene su modo de ser», narró el diplomático vaticano.
El embajador de la Santa Sede en Nicaragua es optimista y aseguró que es posible que el Papa Francisco visite Nicaragua antes de su cita con los jóvenes de todo el mundo en Ciudad de Panamá en 2019.
«Él puede llegar antes (de su llegada a Panamá) ¿¡Por qué no!? ¿Por qué tenemos que seguir soñando solo en ese tiempo? Me gustaría que viniera en breve tiempo, se lo he propuesto a él. Cada país en Latinoamérica quiere que el Papa lo visite y una vez que venga a la región, vamos a buscar como pase por acá. Estoy seguro que su llegada acá será un impulso importante para todo el pueblo», aseguró Fortunatus Nwachukwu.
Para el diplomático, al Papa Francisco «le caen muy bien los nicaragüenses», y siente un cariño muy especial por este país centroamericano, ya que -según él- cada vez que se reúne con el Pontífice los encuentros son llenos de alegría y situaciones especiales.
«El Papa Francisco le tiene un gran aprecio este país y ahora muestra una disponibilidad. Cada vez que me encuentro con él son encuentros alegres y especiales, es una cosa que lo atribuyo al gran aprecio que siente por Nicaragua. Ustedes son un país que le cae bastante bien a Su Santidad», expresó el nuncio apostólico a El Nuevo Diario de Managua.
Del mismo modo, detalló que de concretarse una posible visita del Papa Francisco en Nicaragua, las autoridades eclesiásticas y el gobierno de Daniel Ortega tendrían que prepararse para la gran cantidad de peregrinos y turistas que acudan a ver al Pontífice, así como medidas extraordinarias de seguridad.
Según diferentes encuestas de medición y datos estadísticos de los cuerpos policiales del istmo, Nicaragua continúa siendo el país más seguro de América Central. Un «oasis» de tranquilidad dónde emigran familias salvadoreñas, hondureñas y guatemaltecas que huyen de la violencia de las maras que azotan el triángulo norte de Centroamérica.
«La visita del Papa es una gran fuente de ingresos en turismo porque llegarían al país muchas personas de otros países e incluso de otras denominaciones cristianas y no creyentes porque el Papa Francisco es una figura muy querida en todo el mundo. A su vez, el gobierno debe tomar medidas extraordinarias en materia de seguridad para cuidarlo porque también es un blanco delicado de personas extremistas de ciertos grupos», indicó Fortunatus Nwachukwu.
El nuncio Nwachukwú mantiene relaciones especialmente cordiales con el gobierno de Daniel Ortega y su esposa Rosario Murillo e intra-iglesia es visto como el artífice del acercamiento de algunos obispos con el gobierno del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN).
Recuerdos ingratos
La posibilidad de una visita del Papa Francisco a Nicaragua bajo un mandato de Daniel Ortega y el FSLN trae recuerdos que evocan la primera visita del Papa Juan Pablo II el 4 de marzo de 1983.
La visita fue especialmente tensa debido a los prejuicios que el entonces arzobispo de Managua, Miguel Obando y Bravo (entonces detractor de la Revolución Nicaragüense) le expresó al Papa sobre el sandinismo en el poder, así como la presencia de cuatro sacerdotes como miembros del gobierno del FSLN y el apoyo de cierto sector de la Iglesia nicaragüense hacia el proceso histórico que se vivía en ése momento, a lo que la jerarquía católica en su mayoría denominaba «Iglesia popular».
La tensión se hizo evidente desde la llegada de Juan Pablo II al aeropuerto Augusto C. Sandino de Managua, cuando el Pontífice polaco increpó duramente al poeta y sacerdote trapense Ernesto Cardenal por su participación en el gobierno de la Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional (JGRN), cuyo dirigente era el hoy presidente Daniel Ortega.
La extrema sensibilidad de la visita de Juan Pablo II a la Nicaragua sandinista cercada por la contrarrevolución apoyada económicamente por el gobierno de EE.UU. explotó en la misa que ofició el Papa ante 700,000 personas en la plaza 19 de Julio de Managua, cuando madres de jóvenes asesinados días antes por los contras pidieron una oración por sus hijos. La homilía del Papa trataba, precisamente, de la unidad de la Iglesia y la oposición a la Iglesia popular.
El Papa no se inmutó y los creyentes católicos que simpatizaban con los sandinistas empezaron a gritar cada vez más fuerte «¡Queremos la paz!», a lo que Juan Pablo II gritó evidentemente molesto: «¡La primera que quiere la paz es la Iglesia!». Desde ahí, el griterío de los sandinistas y de los católicos fieles a la jerarquía se hizo más evidente. Al final de la Eucaristía, para bajar la tensión, el controlista puso el himno del Frente Sandinista, lo que facilitó la salida de los católicos fieles a la jerarquía católica de la plaza.
La visita de Juan Pablo II a Nicaragua en 1983, es vista hoy por los católicos de a pie como un grave acto de irrespeto al Papa que cometió el sandinismo.
En 1996, Juan Pablo II visitó durante unas horas Nicaragua, durante el mandato de la centro-derechista Violeta Barrios de Chamorro. En dicha jornada, el Papa logró cumplir con todos los actos programados y fue vista como un acto de desagravio masivo del país por lo sucedido en 1983.