El asunto no es la soberanía de la Orden sino el alegato razonable de procesos cuestionables y la carencia de una causa válida y probada por la acción tomada por la parte interesada
(Cameron Doody).- La oposición de la Orden de Malta a la intervención de la Santa Sede «contradice directamente la voluntad del Santo Padre». Silvano Tomasi, responsable de la comisión encargada por el Papa Francisco para investigar el cese del ex-Gran Canciller de la congregación ha reiterado la autoridad del Vaticano sobre la misma.
En una misiva fechada el 4 de enero, pero filtrado a varios medios, Silvano Tomasi derriba el argumento del Gran Canciller interino de la Orden, John Critien, de que cualquier interferencia en los asuntos internos de la Orden de Malta sería no solo una afrenta diplomática sino que conduciría a una «irrelevancia jurídica».
«A propósito de lo que Su Excelencia califica como la irrelevancia jurídica de la comisión», escribe Tomasi a Critien, «los argumentos usados para reemplazar al Gran Canciller fueron lo que inspiraron su establecimiento por el Santo Padre, dado que la aparente irregularidad del proceso ha dividido profundamente a la Orden». El arzobispo critica el lenguaje empleado por el Gran Canciller interino en su carta a miembros de la Orden el 3 de enero, reprochando la manera en que su «inexactitud» ha creado «malentendidos».
Tomasi se refiere así a lo sucedido el pasado 6 de diciembre, cuando el cardenal Raymond Burke y Matthew Festing -Patrono y Gran Maestre de la Orden, respectivamente- pidieron la dimisión de Albrecht Freiherr von Boeselager, alegando que la renuncia había sido solicitada por el Papa.
La intervención pontificia fue desmentida rotundamente por el cardenal Secretario de Estado Pietro Parolin en una misiva a Festing el día 12 del diciembre, y vuelve a ser refutado por Tomasi en la carta a Critien que ahora ve la luz.
«Con respecto al cese del Gran Canciller de la Orden», prosigue Tomasi, «el asunto no es la soberanía de la Orden, sino (…) la carencia de una causa válida y probada por la acción tomada por la parte interesada».
En otras palabras, lo que más le preocupa a la comisión que investigará la salida de von Boeselager es la «falta de obediencia» de Burke y Festing para cesar al ex-Gran Canciller en contra de la voluntad del Papa Francisco.
«Nunca ha habido una petición ni para la dimisión ni cese de nadie por parte de la Santa Sede y especialmente por parte del Santo Padre», subraya Tomasi, antes de insistir en que dado que se trata de una «falta de obediencia» de los responsables de un orden religiosa de laicos, requiere de la intervención de sus «superiores religiosos» para esclarecer los hechos.
Por su parte, Festing ha vuelto a insistir este mismo martes en su discurso a los embajadores acreditados ante la Orden en Roma que la destitución de von Boeselager fue «un acto de administración interna del gobierno de la soberana Orden de Malta» y que como tal «cabe exclusivamente dentro de los poderes institucionales de la Orden».
La comisión de investigación de la Orden de Malta tuvo su primera reunión el pasado 5 de enero. Se espera que dará a conocer sus conclusiones antes de finales de este mes.