Roma "espera el informe del Grupo antes mencionado con el fin de adoptar, dentro de su ámbito de competencia, las decisiones más adecuadas para el bien de la Orden Soberana y Militar de Malta y de la Iglesia"
(C. D./J. B.).- La Santa Sede ha emitido un comunicado en el que defiende la decisión del Papa Francisco de crear una comisión para investigar el cese del Gran Canciller de la Orden de Malta, al tiempo que rechaza «cualquier intento de desacreditar a estos miembros del grupo y de su trabajo».
La tensión entre Roma y los nuevos mandatarios de la Orden de Malta -amén del oscuro papel del cardenal Burke- ha subido de tono en los últimos días, especialmente después de que éstos negaran cualquier legitimidad al grupo enviado por Francisco para aclarar la marcha de Albrecht Freiherr von Boeselager.
“En relación con los acontecimientos de las últimas semanas en relación con la Orden Soberana y Militar de Malta, –inicia la declaración vaticana-, la Santa Sede, desea reiterar su apoyo y aliento a la encomiable labor que los miembros y voluntarios llevan a cabo en diferentes partes del mundo, en cumplimiento de los objetivos de la orden: tuitio fidei (la defensa de la Fe) y pauperum obsequium (servicio a los pobres, los enfermos y los más necesitados)”.
Por esa razón, «la Santa Sede reafirma su confianza en los cinco miembros del Grupo designados por Francisco el 21 de diciembre de 2016 para informarle acerca de la actual crisis de la Dirección Central de la Orden, y rechaza, basada en la documentación de que dispone, cualquier intento de desacreditar a estos miembros del grupo y de su trabajo».
«La Santa Sede cuenta con la completa cooperación de todos en esta etapa sensible, y espera el informe del Grupo antes mencionado con el fin de adoptar, dentro de su ámbito de competencia, las decisiones más adecuadas para el bien de la Orden Soberana y Militar de Malta y de la Iglesia», concluye la declaración.
La respuesta de la Santa Sede se produce después de que la Orden de Malta declarase que no aceptaría las «injerencias» vaticanas en la marcha del Gran Canciller, que «es un acto de la administración interna del gobierno de la Soberana Orden de Malta y, en consecuencia, cae exclusivamente dentro de su competencia».
El grupo designado por Francisco está compuesto por Silvano M. Tomasi; el padre Gianfranco Ghirlanda SJ, el abogado Jacques de Liedekerke, y los laicos Marc Odendall y Marwan Sehnaoui.
«La composición del grupo ha provocado cuestiones serias en el Gran Magisterio». No satisfechos con su decisión de no colaborar con la comisión de investigación del Vaticano, la Orden de Malta ha ido más allá en su desacato al Papa Francisco y ha acusado a tres miembros del grupo papal de tener un «conflicto de interés» por un fondo administrado por la Orden en Ginebra.
En una carta a miembros de la Orden, el actual Gran Maestro, Matthew Festing, critica a tres miembros de los cinco del grupo al decir que sus vínculos directos con el fondo en cuestión hace imposible que investiguen el controvertido cese del ex-Gran Canciller, Albrecht Freiherr von Boeselager, de la forma debida.
Festing, sin embargo, no aporta en su nueva misiva los nombres de los comisarios supuestamente involucrados, y tampoco prueba alguna que asiente esta nueva acusación en su contra.
«Huelga decir que no hay nada que sugiera algo ilegal, pero los vínculos personales y financieros hacen que los miembros de la comisión sean claramente inadecuados como para abordar la situación de forma objetiva», escribe. Además añade que «las pruebas que me han sido presentadas me han impulsado a establecer una comisión profesional de investigación acerca de esta situación». Con el establecimiento de esta nueva comisión ya son tres grupos que investigarán la destitución de von Boeselager: la del Vaticano, la del tribunal interno de la Orden al que ha apelado el ex-Gran Canciller y la nueva de Festing.
Aunque el Gran Maestro no abunda en los detalles de la nueva acusación, el National Catholic Register informó hace poco que tres miembros del grupo del Vaticano -el banquero Marc Odendall, el presidente de la rama libanesa de la Orden, Marwan Sehnaoui y el arzobispo Silvano Tomasi– habrían estado involucrados, junto con von Boeselager, en un donativo a la cofradía de 118 millones de dólares en 2014.
Que la destitución de ex-Gran Canciller tiene que ver con dinero, y no con el supuesto reparto de condones durante su mandato- encaja con la sorprendente admisión de la propia Orden a la CNA que la razón por su salida «es mucho más compleja que solo lo relacionado con la contracepción».
En su carta, Festing no solo reitera la decisión del Gran Magisterio de no cooperar de ninguna de las formas con la comisión del Vaticano, sino al subrayar que ésta se le mantendrá «a distancia» del trabajo de la comisión interna da a entender que la Orden pueda incluso entorpecer las labores del grupo de la Santa Sede.
Y eso pese a que el Gran Maestro reconoce en su carta que el Papa Francisco quizás fuera por buen camino en su deseo de investigar la salida de von Boeselager. En la propia Orden, dice Festing, «hubo originariamente un debate sobre la legalidad del proceso». Dudas que ya han sido dispersadas, no obstante, por «fuentes numerosas», en cuyo número se encuentra el letrado interno de la congregación.
El texto completo del comunicado difundido por la Oficina de Prensa de la Santa Sede:
Con referencia a los hechos de las últimas semanas relacionados con la Orden Soberana y Militar de Malta, la Santa Sede desea reiterar su apoyo y su aliento a la encomiable labor que sus miembros y voluntarios realizan en diversas partes del mundo en cumplimiento de los fines de la Orden: la «tuitio fidei» (defensa de la fe) y el «obsequium pauperum» (el servicio a los pobres, a los enfermos y a las personas más vulnerables).
Para apoyar e incrementar esta generosa misión la Santa Sede confirma la confianza depositada en los cinco componentes del Grupo constituido por el Santo Padre Francisco el 21 de diciembre de 2016, designados para que le informasen sobre la crisis de la actual Dirección central de la Orden y rechaza, de acuerdo con los documentos en su posesión, cualquier intento de desacreditar sus figuras y su labor.
La Santa Sede confía en la plena cooperación de todos en esta fase tan delicada y espera el informe de dicho Grupo para adoptar, en el ámbito de su competencia, las medidas más oportunas para el bien de la Orden Soberana y Militar de Malta y de la Iglesia.