La AIF señaló que nada menos que 544 operaciones financieras realizadas en el Vaticano en 2015 habían sido identificadas como sospechosas
(Cameron Doody).- «El IOR es un lugar donde esconder dinero de proveniencia ilícita… siempre se ha relacionado con la banca italiana sin proporcionar ningún tipo de información». La Fiscalía de Roma pidió el viernes pasado penas de cárcel para los dos ex-directores del Banco Vaticano que desde 2010 están siendo investigados por un presunto blanqueo de capitales.
A Paolo Cipriani, ex-director del Instituto para las Obras de Religión, y Massimo Tulli, su adjunto, se les acusa de haber realizado transferencias que no se ajustaban a la normativa europea contra el lavado de dinero. El fiscal Stefano Rocca Fava pide una pena de un año de cárcel para Cipriani, y diez meses para Tulli.
Las operaciones supuestamente realizadas por Cipriani y Tulli fueron numerosas, pero dos en particular levantaron las sospechas de las autoridades. Una, la transferencia de veinte millones de euros al banco JP Morgan; otra, el traspaso de tres millones al Banco de Fucino. Según el fiscal, Cipriani y Tulli mintieron al sostener que se trataba de transferencias entre diferentes cuentas del propio IOR.
Los dos ex-directores habrían faltado a la verdad, según Fava, cuando sostuvieron que en el Banco vaticano no había cuentas de laicos o dinero de origen ilícito, defensa que se ha venido abajo al salir a la luz el caso de Angelo Proietti. Este empresario se convirtió en el primer laico en ver embargada su cuenta en el IOR tras ser acusado por las autoridades civiles de quiebra fraudulenta y estafa por un montante de once millones de euros.
Los veintitrés millones transferidos por Cipriani y Tulli fueron incautados en diciembre de 2010 por la justicia italiana, y solo fue devueltos al IOR después de que la entidad vaticana pusiera en marcha medidas específicas contra el lavado de dinero.
Los dos ex-directores también habían sido implicados en el caso de Nunzio Scarano, el ex-responsable de finanzas del Vaticano que fue acusado en 2014 de introducir veinte millones de euros en Italia en un avión privado, luego para verse absuelto del delito de corrupción que se le imputaba.
El Vaticano ya procesa a los acusados de delitos fiscales, según el director de la AIF
El director general de la Autoridad de Información Financiera (AIF) de la Santa Sede, René Brülhart, ha revelado que el Vaticano empezó el año pasado a enjuiciar en su propio sistema legal a oficiales acusados de delitos fiscales, independientemente del curso que tome la justicia italiana.
La AIF señaló que 544 operaciones financieras realizadas en el Vaticano en 2015 habían sido identificadas como sospechosas. En declaraciones al National Catholic Reporter, no obstante, su director general mostró su confianza en los progresos que se está realizando para combatir este tipo de crímenes en la Curia romana, y dijo que por fin han conseguido enderezar las cuentas y a procesar a presuntos corruptos.
«El sistema ya funciona», afirmó Brülhart, refiriéndose a la manera en la que el flujo de información entre las diferentes entidades de la Santa Sede, la AIF y el fiscal vaticano ya ha resultado en la apertura de varios juicios criminales, si bien es ciertos que estos no han sido comunicados hasta ahora al público. «Paso a paso, el sistema se ha ido encarrilando y definitivamente vamos por buen camino».
Preguntado por si él y el Revisor General del Vaticano con el que colabora, Libero Milone, se sienten respaldos en su lucha contra la opacidad financiera, Brülhart declaró que todos los encargados de las diversas agencias romanas «estamos comprometidos con el estado de derecho y con lo dispuesto en los estatutos y el marco legal de la Santa Sede».
Meditando sobre cómo el Papa Francisco se ha encontrado con muchos apoyos en su reforma de la economía y las finanzas del Vaticano -pese a las resistencias enraizadas de algunos miembros de la Curia- el director general de la AIF citó al «mandato claro» que les ha dado el pontífice y los marcos legales e institucionales «comprensivos» y «sólidos» que ha dispuesto. «Depende de nosotros», señaló, «implementarlos y seguir adelante. Sirve de vez en cuando echar la vista atrás, pero principalmente tenemos la mirada orientada al futuro».