Francisco afirma que Becciu será su "único portavoz en todo lo que afecta a las relaciones entre esta Sede Apostólica y la Orden"
(José M. Vidal/Efe).- Un delegado pontificio plenipotenciario y de perfil alto para meter en cintura a la díscola Orden de Malta. Nada menos que Angelo Becciu, el número tres del Vaticano, el Sustituto de la Secretaría de Estado, alineado sin fisuras con Francisco y sus reformas y que cuenta con una gran experiencia en gestión de conflictos. Su objetivo: limpiar la institución y ponerla en total sintonía com Roma.
El Vaticano difundió hoy la carta, fechada el 2 de febrero, en la que el pontífice le hace el encargo a Becciu después de que en las últimas semanas la Orden de Malta protagonizara un enfrentamiento con la Santa Sede.
En la misiva el papa indica que Becciu actuará «en estrecha colaboración» con Ludwig Hoffmann von Rumerstein, lugarteniente interino de la Orden, «para el mayor bien de la Orden y la reconciliación de todos sus miembros, religiosos y laicos».
Será misión del delegado papal apoyar al lugarteniente Hoffmann von Rumerstein «en la preparación del Capítulo extraordinario» de la Orden de Malta y para conseguir la «oportuna actualización» de la constitución de esa institución.
El papa le encarga a su delegado «en concreto» que trabaje en «la renovación espiritual y moral de la Orden, especialmente de los miembros profesos, para que se realice plenamente el fin de ‘promover la gloria de Dios mediante la santificación de los miembros, el servicio a la fe y al Santo Padre y la ayuda al prójimo'».
Francisco afirma que Becciu será su «único portavoz en todo lo que afecta a las relaciones entre esta Sede Apostólica y la Orden» y le delega «todos los poderes necesarios para decidir las eventuales cuestiones que puedan surgir en relación con la actuación del mandato» que le otorga.
El nombre del delegado pontificio en la Orden de Malta se conoce después de que el papa Francisco aceptase el 25 de enero la dimisión presentada por el gran maestro de esta institución, Matthew Festing, de 67 años, quien se había rebelado al pontífice.
El delegado pontificio, que hace las labores de un interventor, es una figura ya utilizada por el papa para situaciones difíciles como la que fue la renovación de los Legionarios de Cristo tras el escándalo de su fundador.
La Orden de Malta, cuyo origen se remonta al año 1048, época de las Cruzadas, y formada por laicos de familias nobles que actualmente se dedican a labores humanitarias, ha estado en las últimas semanas inmersa en un duro pulso con el Vaticano.
La disputa comenzó a principios de diciembre cuando se obligó a dimitir al gran canciller Albrecht Freiherr von Boeselager, a quien se le acusaba de no haber impedido la distribución de preservativos por parte de algunas ONG que colaboran con la Orden de Malta en países de África y Asia.
Ante la poca transparencia en la decisión de hacer dimitir al gran canciller y las quejas de algunos de los miembros, Francisco decidió nombrar una comisión investigadora.
Festing rechazó colaborar con esta comisión denunciando una injerencia por parte del Vaticano en la soberanía de la Orden».