Pensemos en el agua. Una cosa bellísima y tan importante. Nos da la vida. Nos ayuda en todo. Pero, para explotar los minerales, se contamina el agua y se destruye y ensucia la creación
(José M. Vidal).- Audiencia del Papa Francisco (con dulleta, en la fría mañana romana) en la Plaza de San Pedro. En su catequesis, el Papa invita al respeto de la creación y advierte de que «el orgullo humano puede destruirla, al querer explotarla». En los saludos, Francisco recordó especialmente la situación del «martirizado Sudán del Sur», víctima de «un conflicto fratricida» y de una hambruna que «conde a amuerte a millones de personas». Por eso, el Papa pide ayuda urgente y concreta para Sudán.
Tras una temporada en que las audeincias de los miércoles se celebraron en el Aula Pablo VI, el Papa vuelve a recorrer con el papamóvil la Plaza de San Pedro, entre los vivas de la gente que lo aclama. Besa a los niños, los tapa como un abuelo y, sobre todo, bendice a la gente.
La lectura es de San Pablo a los Romanos: «Hermanos, sabemos que toda la creación está gimiendo con dolores de parto…Un esperanza que se ve ya no es esperanza…No sabemos pedir lo que nos conviene, pero el Espíritu interviene por nosotros con gemidos inefables».
Algunas frases de la catequesis del Papa
«A menudo nos vemos tentados a pensar que la creación es propiedad nuestra»
«Sin dar cuentas a nadie»
«La creación es un don maravilloso, que Dios puso en nuestras manos»
«Pensemos en el agua. Una cosa bellísima y tan importante. Nos da la vida. Nos ayuda en todo. Pero, para explotar los minerales, se contamina el agua y se destruye y ensucia la creación. Es sólo un ejemplo. Hay muchos más»
«El orgullo humano explotando la creación destruye»
«El Señor no nos deja solos»
«Pablo nos invita a prestar atención a los gemidos de la creación»
«A nuestra alrededor gime la creación, nosotros y el Espíritu dentro de nosotros»
«Son los gemidos del que sufre pero sabe que está a punto de dar a luz una vida nueva»
«El cristiano no vive fuera del mundo. Sabe reconocer los signos del mal, del egoismo y del pecado»
«El cristiano es solidario con el que sufre…»
«Sabe que estamos viviendo el tiempo de la espera»
«Muchas veces nos vemos tentados del pesimismo y de la desilusión»
«El Espíritu nos revela los cielos nuevos y la tierra nueva, que el Señor está preparando para la humanidad»
Texto completo de la catequesis del Papa Francisco
Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!
Muchas veces estamos tentados en pensar que la creación sea nuestra propiedad, una posesión que podemos explotar a nuestro agrado y del cual no debemos dar cuenta a nadie. En el pasaje de la Carta a los Romanos (8,19-27) del cual hemos apenas escuchado una parte, el Apóstol Pablo nos recuerda en cambio que la creación es un don maravilloso que Dios ha puesto en nuestras manos, para que podamos entrar en relación con Él y podamos reconocer la huella de su designio de amor, a cuya realización estamos llamados todos a colaborar, día a día.
Pero cuando se deja llevar por el egoísmo, el ser humano termina por destruir incluso las cosas más bellas que le han sido confiadas. Y así ha sucedido también con la creación. Pensemos en el agua. El agua es una cosa bellísima y muy importante; el agua nos da la vida, nos ayuda en todo. Pero para explotar los minerales se contamina el agua, se ensucia la creación y se destruye la creación. Este es sólo un ejemplo. Existen otros. Con la experiencia trágica del pecado, rota la comunión con Dios, hemos infringido la originaria comunión con todo aquello que nos rodea y hemos terminado por corromper la creación, haciéndola así esclava, sometida a nuestra caducidad. Y lamentablemente la consecuencia de todo esto está dramáticamente ante nuestros ojos, cada día. Cuando rompe la comunión con Dios, el hombre pierde su propia belleza originaria y termina por desfigurar alrededor de sí cada cosa; y donde todo antes hablaba del Padre Creador y de su amor infinito, ahora lleva el signo triste y desolado del orgullo y de la voracidad humana. El orgullo humano explotando la creación, destruye.
Pero el Señor no nos deja solos y también ante este escenario desolador nos ofrece una perspectiva nueva de liberación, de salvación universal. Es aquello lo que Pablo pone en evidencia con alegría, invitándonos a poner atención a los gemidos de la entera creación. Los gemidos de la entera creación… Expresión fuerte. Si ponemos atención, de hecho, alrededor nuestro todo clama: clama la misma creación, clamamos nosotros los seres humanos y clama el Espíritu dentro de nosotros, en nuestro corazón.
Ahora, estos clamores no son un lamento estéril, desconsolado, sino – como precisa el Apóstol – son los gemidos de una parturiente; son los gemidos de quien sufre, pero sabe que está por venir a la luz una nueva vida. Y en nuestro caso es de verdad así. Nosotros estamos todavía luchando con las consecuencias de nuestro pecado y todo, alrededor nuestro, lleva todavía el signo de nuestras debilidades, de nuestras faltas, de nuestras cerrazones. Pero, al mismo tiempo, sabemos de haber sido salvados por el Señor y ya se nos es dado contemplar y pregustar en nosotros y en lo que nos rodea los signos de la Resurrección, de la Pascua, que opera una nueva creación.
Este es el contenido de nuestra esperanza. El cristiano no vive fuera del mundo, sabe reconocer en la propia vida y en lo que lo circunda los signos del mal, del egoísmo y del pecado. Es solidario con quien sufre, con quien llora, con quien es marginado, con quien se siente desesperado… Pero, al mismo tiempo, el cristiano ha aprendido a leer todo esto con los ojos de la Pascua, con los ojos del Cristo Resucitado. Y entonces sabe que estamos viviendo el tiempo de la espera, el tiempo de un deseo que va más allá del presente, el tiempo del cumplimiento. En la esperanza sabemos que el Señor quiere sanar definitivamente con su misericordia los corazones heridos y humillados y todo los que el hombre ha deformado en su impiedad, y que de este modo Él regenerará un mundo nuevo y una humanidad nueva, finalmente reconciliada en su amor.
Cuantas veces nosotros cristianos estamos tentados por la desilusión, por el pesimismo… A veces nos dejamos llevar por el lamento inútil, o quizás nos quedamos sin palabras y no sabemos ni siquiera que cosa pedir, que cosa esperar… Pero todavía una vez más viene en nuestra ayuda el Espíritu Santo, respiro de nuestra esperanza, el cual mantiene vivo el clamor y la espera de nuestro corazón. El Espíritu ve por nosotros más allá de las apariencias negativas del presente y nos revela ya ahora los cielos nuevos y la tierra nueva que el señor está preparando para la humanidad. Gracias.
Texto del saludo del Papa en español
Queridos hermanos y hermanas
La creación es un don maravilloso que Dios ha puesto en nuestras manos para que entremos en relación con él y colaboremos en su designio de amor. Sin embargo, experimentamos constantemente el pecado que daña nuestra comunión con Dios y con todo lo que nos rodea. Ante este drama, el Señor no nos deja solos, nos ofrece una prospectiva nueva de salvación universal.
El apóstol Pablo nos invita a que escuchemos los gemidos de toda la creación, que sufre las consecuencias del pecado; y, así mismo, nos anima a mantener firme la esperanza porque hemos sido salvados por el Señor. A través de su Resurrección, contemplamos los signos de la nueva creación.
El cristiano vive en el mundo y sufre los signos del mal y del egoísmo pero, al mismo tiempo, ve todo con los ojos de la Pascua; sabe que ahora vive un momento de espera, que va más allá del momento presente. No nos dejemos llevar por la desilusión o el pesimismo. El Señor quiere sanar con su misericordia los corazones heridos y humillados. Todo lo que el hombre ha desfigurado en su impiedad, él lo recrea y reconcilia en su amor.
Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española, en particular a los venidos de España y Latinoamérica. Los invito a pedir con insistencia la presencia del Espíritu Santo en sus vidas. Él nos asiste para que vayamos más allá de las apariencias negativas del presente y aguardemos con esperanza los cielos nuevos y la tierra nueva, que el Señor prepara para toda la humanidad. Muchas gracias.
Saludo en italiano
«Dolorosas noticias que llegan del martirizado Sudán del Sur, donde a un conflicto fraticida se une una grave crisis alimentaria, que golpea la región del cuerno de África y que condena a muerte por hambre a millones de personas, entre ellos muchos niños»
«En este moemnto, es más que nunca necesario el compromiso de todos y no comformarse con declaraciones, sino poner en marcha gestos concretos de ayuda alimenticia y permitir que pueda llegar a las poblaciones que sufren».
Que el Señor sostenga a estos hermanos nuestos y a cuantos les ayudan»
«Saludo al circo…Ellos hacen belleza y la belleza es un camino que lleva a Dios. Seguis haciendo belleza. Nos hacéis bien a todos nosotros»