El Pontífice exhorta a reflexionar sobre los "daños causados al medioambiente" con las decisiones humanas y apunta a que este es un problema que afecta a toda la humanidad, con independencia de la religión que se profese
La Santa Sede instó a cristianos y musulmanes a defender el medioambiente y el planeta, la «casa común«, en un mensaje dirigido a la comunidad islámica mundial con motivo del mes del Ramadán.
«Nadie, ninguna nación o pueblo, puede imponer exclusivamente su comprensión del planeta», subrayó el texto con la firma del cardenal Jean-Louis Tauran, presidente del Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso.
La Santa Sede también le aseguró a la comunidad musulmana la solidaridad de los católicos durante el mes del Ramadán, e insistió en pedirle a los fieles de ambos credos, y a toda la humanidad, comenzar un «nuevo diálogo para construir el futuro del planeta«.
«La crisis ecológica es un llamado a una profunda conversión interior», agrega el texto, que cita la encíclica Laudato si’ del papa Francisco.
Desde 1967, el Vaticano envía cada año un mensaje de amistad y solidaridad con el islam con motivo del Ramadán, el mes de ayuno de los musulmanes.
El mensaje fue enviado a la comunidad musulmana a través del Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso, dirigido por el cardenal Jean Louis Tauran, y lleva fecha del 19 de mayo.
El pontificio consejo recuerda que el papa Francisco en su encíclica «Laudato si» (Alabado seas) sobre la protección del medioambiente anima a «renovar el diálogo sobre el modo» en el que las sociedades actuales construyen el planeta porque «el desafío ambiental» afecta a todos.
El pontífice, prosigue la nota, exhorta a reflexionar sobre los «daños causados al medioambiente» con las decisiones humanas y apunta a que este es un problema que afecta a toda la humanidad, con independencia de la religión que se profese.
Finalmente, recuerda que Jorge Bergoglio considera que «la crisis ecológica es un llamamiento a una profunda conversión interior» y que por tanto la verdadera solución a este desafío es una «conversión ecológica global».
(RD/Aica)