Continuaremos hablando del cambio climático, esperando que pueda haber algún cambio
(Cameron Doody/Agencias).- Primero fueron los obispos de EEUU, y ahora son algunas de las figuras más influyentes en la Iglesia global quienes denuncian a Donald Trump por abandonar el pacto climático de París. «Es algo que esperábamos no pasaría», ha dicho el cardenal Peter Turkson. Por su parte, el arzobispo Silvio Tomasi ha declarado que «si te limitas a las necesidades de tu propio país, no vas a resolver el problema».
De visita este jueves a la Universidad de Georgetown en Washington, tanto Turkson, Prefecto del Dicasterio para el Desarrollo Humano, como Tomasi, hasta hace poco Observador Permanente de la Santa Sede ante las Naciones Unidas de Ginebra, lamentaron la decisión de Trump de abandonar el pacto de 195 países de reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero.
«Algunas cuestiones deben ser sacadas de la discusión política y no deben ser politizadas», opinó Turkson respecto al desdén mostrado por Trump hacia dicho pacto, tal y como le cita el Washington Post. «La verdad es que el clima es un bien público global y no pertenece a ningún país».
Aunque «el Vaticano siempre respetará la decisión de un Estado soberano», continuó el purpurado, no es que vayan a dar la batalla por concienciar sobre la necesidad de cuidar del planeta por perdida. «Continuaremos hablando del cambio climático», señaló Turkson, «esperando que pueda haber algún cambio».
Por su parte, y aunque no mencionó en sus declaraciones específicamente a Trump, el arzobispo Tomasi criticó lo que percibe como «una tendencia de una parte de la población de encerrarse en sí misma».
«Hay una tendencia nacionalista en Europa», declaró el prelado, «como la hay también en EEUU». Todo se reduce, para él, a estas dos perspectivas. «Una cree que la solución a los problemas de hoy viene cuando los países se encierran en sí mismos. La otra sabe que si unimos fuerzas podemos resolver los problemas».
Una alusión apenas velada, la de Tomasi, a la política de Trump de poner «América primero», pero que el arzobispo rechaza con un tajante: «si te limitas a las necesidades de tu propio país, no vas a resolver el problema».
Marx: «Es lamentable que la responsabilidad global se detenga en las fronteras de un país»
Otro peso pesado de la Iglesia como es el cardenal Reinhard Marx, el Presidente de la Comisión de Conferencias Episcopales de la Comunidad Europea (Comece), también ha arremetido contra Trump por dejar el pacto por la clima. El purpurado alemán ha emitido un comunicado al respecto en el que aseguró que esta decisión «erosiona la confianza global lograda con el acuerdo de la Conferencia de París sobre el Clima».
Aunque no lo considera una sorpresa, el cardenal Marx calificó esta decisión de Trump como «un gran reto para la protección del clima a nivel internacional».
Hasta el momento en que se conoció la determinación de Trump, la esperanza estaba puesta en que las discusiones en el G7 y la reunión que tuvieron el presidente de los Estados Unidos y el Santo Padre, «influenciaran positivamente su decisión».
El purpurado recordó que la encíclica Laudato si’, del Papa Francisco, sobre el cuidado de la casa común, «subraya que la debilidad de la política internacional radica en el hecho de que demasiados intereses particulares tienen prioridad sobre el bien común» y consideró lamentable que hoy se confirme ese análisis y «que la responsabilidad global se detenga en las fronteras de un país».
Sin embargo, «la comunidad internacional no debe ser desalentada y los europeos en particular tienen el deber de permanecer unidos y de desempeñar un papel de liderazgo en la protección de la creación», animó.
El Vaticano pone en marcha un programa de movilidad sostenible
Pese al revés que supone la salida de EEUU del acuerdo de París, la Ciudad del Vaticano sigue adelante con su plan de convertirse en el primer país del mundo libre de emisiones de dióxido de carbono. Para alcanzar esta ambiciosa meta recurrirá tanto al uso de fuentes de energía renovables como a la expansión de la movilidad eléctrica. Y en este último ámbito, Opel acaba de poner su granito de arena: la marca alemana ha entregado un ejemplar del Ampera-e al Papa Francisco.
«Estamos orgullosos de poder contribuir a los ambiciosos objetivos de la Ciudad del Vaticano. Nuestro nuevo Ampera-e hará que la movilidad eléctrica sea factible para el uso diario sin ningún tipo de compromiso», afirmó el presidente y consejero delegado de la compañía, Karl-Thomas Neumann.
El ejecutivo de Opel se reunió con el máximo representante de la Iglesia Católica en el marco de la conferencia «Laudato Si’: la Sostenibilidad de la Comunicación e Innovación», que congregó a representantes de instituciones, empresarios, expertos y líderes de opinión.
Durante la conferencia, en la que se abordaron temas clave de sostenibilidad ambiental, tanto el Vaticano como Opel y la energética italiana se comprometieron a trabajar en un programa de movilidad sostenible para la ciudad estado.
Y el Ampera-e contribuirá a reducir las emisiones de CO2, pues se trata de un vehículo no contaminante, propulsado por un motor eléctrico de 204 caballos y un par de 360 Nm. Una de las bazas de este automóvil es su autonomía, que puede alcanzar el medio millar de kilómetros, suficientes para realizar desplazamientos cotidianos.
Con una longitud de 4,16 metros, esta berlina está homologada para cinco ocupantes. La ubicación de las baterías bajo el piso del vehículo no afecta a la capacidad del maletero, que ofrece un volumen de 381 litros, una cifra similar a la de cualquier modelo del segmento.
A nivel de equipamiento, el nuevo modelo incorpora la última generación del sistema multimedia IntelliLink, así como el servicio de asistencia personal Opel OnStar, e incluso puede convertirse en un punto de acceso WiFi para hasta 7 dispositivos.