"La Santa Sede, profundamente triste por éste y otros incidentes similares que, lamentablemente, no facilitan el camino de entendimiento" entre China y el Vaticano
(Jesús Bastante).- El pasado 18 de mayo, el obispo de Wenzhou, en la China oriental, Pietro Shao Zhumin, fue «retenido» por la Oficina de Asuntos Religiosos del Gobierno de Pekín. Desde entonces, apenas se tiene noticias de su paradero o estado de salud. Tras varias semanas de espera, la Santa Sede ha exigido a China la liberación del obispo, perteneciente a la Iglesia católica «clandestina» (fiel a Roma).
En una declaración pública, el portavoz de la Santa Sede, Greg Burke, mostró la «gran preocupación por la situación personal» del prelado, «desplazado por la fuerza de su sede episcopal desde hace algún tiempo«.
Tras subrayar que ni la familia ni la comunidad católica tienen «noticias ni razones de su partida, ni el lugar donde se encuentra detenido«, Roma «espera que monseñor Pietro Shao Zhumin pueda volver tan pronto como sea posible a la diócesis, y que se garantice el ejercicio de su ministerio episcopal».
«La Santa Sede, profundamente triste por éste y otros incidentes similares que, lamentablemente, no facilitan el camino de entendimiento» entre China y el Vaticano, concluye su comunicado invitando a orar por su obispo «y por el camino de la Iglesia católica en China».
Shao Zhumin, de 54 años de edad, es el obispo legítimo de Wenzhou pero no es reconocido como tal por las autoridades. La única señal de vida del prelado es una petición que llegó a sus colaboradores para intentar disponer de vino para poder celebrar la Eucaristía, sin que los sacerdotes y fieles sepan en qué lugar se encuentra o cuánto tiempo permanecerá detenido, según informó AsiaNews.
Monseñor Zhumin ya fue detenido en abril pasado. Al parecer, la intención de las autoridades era la de presionarlo para que se inscribiera en la Asociación Patriótica, organismo oficialista que intenta controlar la vida de la Iglesia en China. Los prelados que no cumplen el requisito de la inscripción son catalogados como «no confiables» y padecen graves limitaciones a su ministerio.