Hay preguntas para las cuales no hay respuesta humana. Sólo podemos mirar a Jesús, y preguntarle a él
«El camino para encomendarse al Señor recomienza todos los días, desde la mañana en adelante». Lo ha escrito el Papa Francisco en su cuenta oficial de Twitter, @Pontifex, en el día en que la Iglesia celebra la Fiesta de San Maximiliano Kolbe, es decir el 14 de agosto.
En Auschwitz, en el lejano 2006, el Papa Benedicto XVI, se preguntaba «¿Dónde estaba Dios aquellos días? ¿Por qué, Señor, te habías callado? ¿Por qué has podido tolerar todo esto?».
Mientras que el Papa Francisco repetía -el viernes 29 de julio del año pasado en Polonia- «¿Dónde está Dios?», al comentar el Vía Crucis con los jóvenes de la Jornada Mundial de la Juventud, reunidos en el enorme parque Jordan de Błonia en Cracovia.
Por la mañana, el Santo Padre había realizado una conmovedora visita a los campos de concentración de Auschwitz y Birkenau, pero en silencio. En efecto, el Papa Bergoglio se había limitado a escribir una invocación por los muertos inocentes y por sus verdugos en la que se lee: «Señor ten piedad de tu pueblo, Señor perdona tanta crueldad».
«¿Dónde está Dios?», volvía a preguntar Francisco al dirigirse al casi millón de chicos y chicas de más de doscientos países que invadían, pacíficamente, por esos días la ciudad de Cracovia y sus alrededores.
La reflexión del pontífice comenzaba con las palabras del evangelista Mateo: «Tuve hambre y me dieron de comer, tuve sed y me dieron de beber, fui forastero y me hospedaron, estuve desnudo y me vistieron, enfermo y me visitaron, en la cárcel y vinieron a verme» (Mt 25, 35-36).
«Estas palabras de Jesús responden a la pregunta que a menudo resuena en nuestra mente y en nuestro corazón: ‘¿Dónde está Dios?’. ¿Dónde está Dios, si en el mundo existe el mal, si hay gente que pasa hambre o sed, que no tienen hogar, que huyen, que buscan refugio? ¿Dónde está Dios cuando las personas inocentes mueren a causa de la violencia, el terrorismo, las guerras? ¿Dónde está Dios, cuando enfermedades terribles rompen los lazos de la vida y el afecto? ¿O cuando los niños son explotados, humillados, y también sufren graves patologías? ¿Dónde está Dios, ante la inquietud de los que dudan y de los que tienen el alma afligida? Hay preguntas para las cuales no hay respuesta humana. Sólo podemos mirar a Jesús, y preguntarle a él. Y la respuesta de Jesús es esta: ‘Dios está en ellos’, Jesús está en ellos, sufre en ellos, profundamente identificado con cada uno. Él está tan unido a ellos, que forma casi como un solo cuerpo'».
(RD/RV)
El camino para encomendarse al Señor recomienza todos los días, desde la mañana en adelante.
— Papa Francisco (@Pontifex_es) 14 de agosto de 2017