Supone un cambio en el modo de entender el gobierno de la Iglesia, y de romper con tradiciones que no tienen nada que ver con la práctica del Evangelio, y más con estructuras heredadas del pasado
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(Jesús Bastante).- Francisco parece dispuesto a cambiar la organización de la Iglesia. El Papa de las sorpresas oficializó este mediodía una más, esta ya esperada: el nombramiento, por primera vez en la Historia, de un Nuncio no italiano para Italia y San Marino. El elegido no es otro que Emil Paul Tscherrig, hasta ahora representante pontificio en Argentina.
El nombramiento de Tscherrig, hombre de la total confianza de Bergoglio (fue uno de sus enviados personales en el diálogo entre Maduro y la oposición venezolana), supone un cambio en el modo de entender el gobierno de la Iglesia, y de romper con tradiciones que no tienen nada que ver con la práctica del Evangelio, y más con estructuras heredadas del pasado.
Tscherrig había llegado a Argentina a inicios de 2012 nombrado por el entonces pontífice Benedicto XVI. El diplomático suizo visitó al Pontífice el pasado jueves 24 de agosto, y se terminó de confirmar su transferencia de Buenos Aires hacia Roma, analizada como un «ascenso» por fuentes vaticanas.
A sus 70 años, el diplomático seguirá los pasos de su predecesor en Buenos Aires, el italiano Adriano Bernardini, que de la nunciatura en Argentina había sido trasladado a Roma. Sin embargo, las relaciones entre Francisco y Bernardini no eran ni mucho menos fluidas.
De hecho, Bernardini era uno de los responsables del envío a Roma de candidatos a obispos argentinos netamente conservadores, en abierta oposición al entonces cardenal de Buenos Aires.
Tscherrig nació en Unterems, Suiza, el 3 de febrero de 1947 y fue ordenado sacerdote el 11 de abril de 1974, e incardinado en la diócesis suiza de Sion. Obtuvo el título de doctor en Derecho Canónico y entró en el Servicio Diplomático de la Santa Sede el 1 de abril de 1978. Prestó servicios sucesivamente en las representaciones pontificias de Uganda, Corea, Bangladesh, y en la Secretaría de Estado de la Santa Sede.
El 4 de mayo de 1996, Juan Pablo II lo nombró arzobispo titular de Voli y lo designó nuncio apostólico en Burundi. Recibió la ordenación episcopal el 27 de junio de 1996.
Fue nuncio apostólico en Trinidad y Tobago, Antigua y Barbuda, Bahamas, Barbados, Dominica, Jamaica, Grenada, Guyana, Surinam, San Cristóbal y Nevis, San Vicente y las Granadinas, Santa Lucía, y delegado apostólico en las Antillas.
También en Corea, Mongolia y desde el 26 de enero de 2008 se desempeñó en la representación diplomática vaticana de Suecia, Noruega, Finlandia, Dinamarca e Islandia.