Dejémonos atraer a este encuentro real con Jesús y que nuestra vida sea siempre florida, como la Pascua, con las flores de la fe, de la esperanza y de las obras buenas
(José M. Vidal).-En la audiencia de los miércoles, el Papa Francisco reivindica la Pascua florida, pide un aplauso para el «amado Benedicto XVI» e invita, en su catequesis sobre la misa, a ir a ella no para el cumplimiento, sino para «salir mejor de lo que hemos entrado» y «pasar de la carne de Cristo a la carne de los hermanos».
Lectura el Evangelio de Juan: «La tarde del primer día de la semana estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas, por miedo a los judíos. En eso entró Jesús se puso en medio y les dijo: ‘La paz sea con vosotros’. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor»
Algunas frases de la catequesis del Papa
«Hermanos y hermanas, buen día y buena Pascua»
«Hoy estamos rodeados de flores, que hablan de alegría. En algunas partes, a la Pascua se le llama Pascua florida, porque florece el Cristo resucitado, florece nuestra salvación, la santidad de la Iglesia. Cristo es la nueva rosa. Toda la semana celebramos la Pascua. Digamos todos, buena pascua. Y que todos se la deseemos al amado Papa Benedicto que nos sigue por televisión. Un apluaso fuerte para él»
«Seguimos con la catequesis sobre la eucaristía»
«La misa termina con la bendición y el saludo al pueblo, conel signo de la cruz»
«Los cristianos no van a misa para hacer un cumplimiento semanal y , después, se olvidan. Van a misa, para participar en la pasión y resurrección del Señor y, después, vivir más como cristianos»
«Salimos de la Iglesia para ir en paz»
«Glorificando al señor con nuestra vida»
«Pero si salimos de la iglesia, murmurando y con lengua larga, la misa no entró en mi corazón. Porque no soy capaz de vivir como un testigo cristiano. Cada vez que voy a misa debo salir mejor de como he entrado, con más deseo de dar testimonio cristiano»
«De la celebración a la vida»
«La misa se cumple en las decisiones concretas»
«Celebramos la eucaristía para aprender a ser hombres y mujeres eucarísticos»
«Dejar actuar a Cristo en nuestras obras, que sus ideas sean las nuetras…esto es santidad. Hacer lo que hizo Cristo»
«Los cristianos somos hombres y mujeres que se dejan estirar el alma con la fuerza del Espíritu Santo»
«No almas estrechas, cerradas y pequeñas. Almas grandes, con grandes horizontes»
«La presencia de Cristo no termina con la misa»
«La misa es como la semilla que, después, crece en la vida diaria»
«Los frutos de la misa están llamados a madurar en la vida diaria»
«La eucaristía, además, nos separa del pecado»
«La eucaristía hace iglesia y nos une a todos»
«La eucaristía nos compromete con los pobres y nos pide pasar de la carne de Cristo a la carne de los hermanos»
«Dejémonos atraer a este encuentro real con Jesús y que nuestra vida sea siempre florida, como la Pascua, con las flores de la fe, de la esperanza y de las obras buenas»
«Buena Pascua a todos»
Texto íntegro del saludo del Papa en español
Queridos hermanos y hermanas:
Con esta catequesis terminamos el ciclo dedicado a la Santa Misa. Nuestra atención se centra hoy en los ritos de conclusión. Después de la oración de la comunión, la Misa termina con la bendición y el saludo al pueblo. Concluye igual que iniciaba con el signo de la cruz, en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
La celebración de la Misa lleva consigo el compromiso del testimonio cristiano. Salimos de la Iglesia para «ir en paz», para llevar la bendición de Dios a nuestras casas, a los ambientes en los que vivimos y trabajamos, «glorificando a Dios con nuestra vida». No podemos olvidar que celebramos la Eucaristía para aprender a ser hombres y mujeres eucarísticos, dejando que Cristo actúe en nuestras vidas, como decía san Pablo: «Estoy crucificado con Cristo; vivo, pero no soy yo el que vive, sino Cristo quien vive en mí» (Ga 2,19-20).
La Presencia real de Cristo en el pan consagrado no termina con la Misa, sino que se reserva en el Sagrario para la comunión de los enfermos y la adoración silenciosa. El culto eucarístico, dentro y fuera de la Misa, nos ayuda a permanecer en Cristo y a crecer en nuestra unión con Él y con su Iglesia, nos separa del pecado y nos lleva a comprometernos con los pobres y necesitados.
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Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española venidos de España y Latinoamérica. En esta semana de pascua, en la que la victoria de Cristo sobre el pecado y la muerte resuena con toda su fuerza y belleza, los invito a nutrirse constantemente de la Eucaristía, dejándose renovar con el encuentro real con Jesús, hasta que gustemos plenamente del banquete que nos tiene preparado por toda la eternidad.
Que Dios los bendiga. Muchas gracias.