Francisco visitará Irak, "en el marco del continuo apoyo de la santa Sede a Irak y para reforzar las reuniones bilaterales", según el Ministerio de Exteriores del país
(Jesús Bastante/Agencias).- Es uno de los destinos marcados en rojo en la agenda del Papa Francisco. Uno de los sueños del Papa de las periferias, de los refugiados, de los más pobres de entre los pobres, que cada vez está más cerca. Bergoglio quiere visitar Irak, y tiene previsto hacerlo tras la formación del nuevo gobierno después de las recientes elecciones, tal y como comunicó el secretario de Estado, Pietro Parolin, al embajador iraquí en la Santa Sede.
Después de la derrota del Estado Islámico, y tras la celebración de las elecciones generales, Francisco visitará Irak, «en el marco del continuo apoyo de la santa Sede a Irak y para reforzar las reuniones bilaterales», según el Ministerio de Exteriores del país, que da cuenta del encuentro entre Parolin y Omar Ahmed Karim Berzinyi.
La nota subraya que Berzinyi reiteró a Parolin la invitación para que Francisco acuda a Irak y lleve «un mensaje de paz entre los hijos de las diferentes religiones tras la victoria conseguida por los iraquíes contra las bandas del grupo terrorista Dáesh (acrónimo en árabe del EI)».
Los cristianos de Irak luchan por no desaparecer
Por otro lado, el embajador iraquí elogió la creación de catorce nuevos cardenales, entre los que figura el patriarca de Babilonia de los Caldeos, Louis Raphael Sako I, quien podría ser el acompañante principal del Papa en su futuro viaje al país.
El Gobierno iraquí declaró el pasado diciembre la victoria contra el EI, que irrumpió en el país en 2014 y conquistó amplias partes del mismo, y persiguió a las minorías cristianas presentes sobre todo en el norte.
Unos 120.000 cristianos se vieron desplazados por el conflicto en 2014 y cerca de la mitad han abandonando Irak desde entonces, según fuentes eclesiásticas. Un reciente informe de la Iraqi Humans Rights Society ha revelado que las minorías iraquíes, como los cristianos, los yazidíes y los chabaquíes, son víctimas de un «genocidio a cámara lenta» que está destruyendo sus comunidades ancestrales hasta el punto de su desaparición.
Así, el 81% de los cristianos de Irak han desaparecido. Para los sabeos, comunidad devota de San Juan Bautista, los números son aún peores: el 94%. En cuanto a los yazidíes, el 18% ha muerto o abandonado el país. Otra organización de defensa de los derechos humanos, Hammurabi, informa de que en Bagdad había 600.000 cristianos en el pasado reciente: hoy sólo hay 150.000.
Estas cifras podrían ser la razón por la que Charles de Meyer, presidente de SOS Chrétiens d’Orient, acaba de hablar de la «extinción de los cristianos». Por su parte, el padre Salar Kayo, del Comité para la Reconstrucción de las Iglesias de Nínive, se ha referido a la posibilidad real de que el cristianismo «desaparezca de Irak».
Numerosos templos y lugares cristianos han sido destruidos por extremistas islámicos, como la Iglesia de San Jorge, la iglesia caldea de la Virgen María -atacada con un coche bomba- y la iglesia armenia de Mosul -incendiada-. En esta ciudad se han demolido cientos de viviendas cristianas, y derribado campanarios y cruces.
El clero iraquí ha alertado de que «las iglesias están en peligro». En este sentido, la visita papal podría suponer un antes y un después para los cristianos del país.