El Papa vuelve a pedir la mediación internacional para frenar la "catástrofe humanitaria en la amada Siria"

Francisco, contra los nuevos escribas y fariseos, rigoristas y legalistas: «Hipócritas»

El Pontífice recuerda que "la verdadera religión es visitar a los huérfanos y a las viudas en el sufrimiento"

Francisco, contra los nuevos escribas y fariseos, rigoristas y legalistas: "Hipócritas"
El Papa vuelve a pedir la mediación internacional para frenar la "catástrofe humanitaria en la amada Siria" RD

El Señor nos llama a reconocer lo que es el centro de la experiencia de la fe: el amor a Dios y al prójimo, purificándola de la hipocresía del legalismo y del ritualismo

(Jesús Bastante).- Había mucha expectación en Roma por ver al Papa Francisco. La Ciudad Eterna apareció medio nublada, pero ello no fue óbice para que miles de fieles recibieran con una ovación, y varios «¡Viva el Papa Francisco!», a Bergoglio en un Angelus en el que denunció a los «hipócritas» que, en tiempos de Jesús, y también hoy, «querían desacreditar la autoridad de Jesús como maestro».

No fue una respuesta a nada, el Papa ya ha dicho que no va a dar pábulo a las acusaciones infundadas, pero lo cierto es que el Evangelio de este domingo hizo un nuevo favor al Pontífice que trata de seguirlo con los ojos de Jesús.

Ante los rigoristas, el Papa invocó «la autenticidad de nuestra obediencia a la Palabra de Dios contra toda contaminación mundana o legalista«. En el relato evangélico, «escribas y fariseos de dirigen a Jesús, acusando a sus discípulos». La historia, con frecuencia, tiende a repetirse.

¿Cuál era el pecado? «No seguir los preceptos según las tradiciones». Jesús, explicó el Papa, replió con fuerza: «Bien ha profetizado Isaías de ustedes, hipócritas (…). El pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí. En vano me rinden culto enseñando doctrinas que son preceptos de hombres».

 

 

 

 

«Jesús dice palabras claras y fuertes -añadió Bergoglio-: hipócritas es una de las palabras más fuertes, y la pronuncia dirigiéndose a los maestros de las religiones. Hipócritas, dice Jesús». Y es que el Maestro, señaló el Papa, «quiere sacudir a los escribas y fariseos del error en que han caído», el de «cambiar la voluntad de Dios dejando de lado sus mandamientos para observar las tradiciones humanas». Aquí, la reacción de Jesús es severa.

«También hoy -añadió Francisco-, el Señor nos invita a huir del peligro de dar más importancia a la forma que a la sustancia, y nos llama a reconocer nuevamente lo que es el centro de la experiencia de la fe: el amor a Dios y al prójimo, purificándola de la hipocresía del legalismo y del ritualismo».

Como también señala en otra lectura de este domingo el Apóstol Santiago, «que nos dice cómo debe ser la verdadera religión: la verdadera religión es visitar a los huérfanos y a las viudas en el sufrimiento, y no dejarse contaminar por este mundo». Una visita que supone «poner en práctica la caridad a partir de las personas más necesitadas, más frágiles y más marginadas, las personas de las que Dios se ocupa. Y nos pide que hagamos lo mismo».

 

 

No dejarse contaminar por el mundo «no quiere decir aislarse de la realidad, no», matizó el Papa. «Significa vigilar para que nuestro modo de pensar y actuar no esté contaminado por la mentalidad mundana, la avaricia, la soberbia… Un hombre o una mujer que vive en la mundanidad, en la avaricia, en la soberbia, y cree y se hace ver como religioso, es un hipócrita».

Tras el Angelus, Francisco lamentó, «con dolor», cómo «aún soplan vientos de guerra, y llegan noticias inquietantes de una nueva catástrofe humanitaria en la amada Siria«. Frente a ello, renovó el llamamiento a la comunidad internacional, «y a todos los actores implicados, a servirse de los instrumentos de la diplomacia, el diálogo y las negociaciones, en el respeto del derecho internacional, y salvar las vidas de los civiles».

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Autor

Jesús Bastante

Escritor, periodista y maratoniano. Es subdirector de Religión Digital.

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