"Honrar a los padres conduce a una larga y feliz vida"

Francisco: «No insultéis nunca a vuestros padres. Os han dado la vida»

Pone a Juan Pablo II o a Santa Josefina Bakhita como ejemplos de niños 'desgraciados' que llegaron a la luz

Francisco: "No insultéis nunca a vuestros padres. Os han dado la vida"
El Papa saluda a un abanderado en la audiencia

Honrar significa reconocer y dar importancia a los padres a través de acciones concretas, que manifiestan afecto y cuidado

(José M. Vidal).- «Honrar a los padres conduce a una larga y feliz vida». Con esta máxima como divisa, el Papa Francisco explicó, en su catequesis de la audiencia de los míercoles, el cuarto mandamiento. Consciente de que la infancia es la patria de la vida, aseguró que eso no condiciona inexorablemente. Como demuestran las vidas de Juan Pablo II, San Camilo o Santa Josefina Bakhita, con infancias desgraciadas y vidas luminosas. Por último, instó a «no insultar jamás a los padres, que nos dieron la vida».

Lectura de San Pablo a los Efesios: «Hijos, honrad a vuestros padres en el Señor. Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento, para que seas feliz…Y vosotros, padres, no exasperéis a vuestros hijos…»

Algunas frases de la catequesis del Papa

«En el pasaje se habla del honor debido a los padres. ¿Qué es el honor?»

«El término hebreo indica la gloria, el valor, al pie de la letra ‘el peso’, la consistencia de una realidad»

«Significa reconocer la realidad de Dios»

«Se expresa con los ritos, pero ssignifica, pues, reconocer su importancia con actos concretos, que exprtesan dedicación, afecto y cuidado»

«Honrar a los padres conduce a una larga y feliz vida»

«Las ciencias humanas lo confirmaron: que la impronta de la infancia signa toda la vida»

«Nuestra infancia es como una marca indeleble y se expresa en los gustos y en las formas de ser»

«El cuarto mandamiento dice más. No habla de la bondad de los padres, no exige que madre y padre sean perfectos»

«Dice algo extraordinario y liberador. Aunque no todos los padres sean buenos y no todas las infancias sean serenas, todos los hijos pueden ser felices, porque alcanzar una vida plena depende de nuestro recon ocimiento hacia los que nos han dado la vida»

«Muchos santos y muchísimos cristianos, tras una infancia dolorosa, vivieron una vida luminosa»

 

«Pensemos en San Camillo de Lellis; en santa Josefina Bakhita, crecida en una horrible esclavitud, en el beato Carlo Gnocchi, huérfano y pobre; o en el mismo San Juan Pablo II, que perdió a su madre a tierna edad»

«Nuestras heridas comienzan a aser potencialidades, cuando por la gracia descubrimos que el auténtico enigma no es el porqué, sino el porquién me pasó esto.

«Entonces podemos comenzar a honrar a nuestros padres con libertad de hijos adultos y conmisericordiosa acogida de sus límites»

«Honrar a los padres, que nos han dado la vida»

«Si te alejaste de tus padres, haz un esfuerzo y vuelve, vuelve a ellos. Quizás sean viejo…Te han dado la vida. Y, entre nosotros, hay la costumbre de decir palabrotas… Nunca insultéis a los padres. Nunca se insulta al padre y a la madre. Tomad esta decisión: De hoy en adelante nunca insultaré a la madre o el padre. No deben ser insultados. Nos dieron la vida»

 

Texto completo del saludo en español

Queridos hermanos:
Reflexionamos hoy sobre el cuarto mandamiento de la ley de Dios: «Honra a tu padre y a tu madre, […] para que se prolonguen tus días y seas feliz en el país que Dios te da».

Honrar significa reconocer y dar importancia a los padres a través de acciones concretas, que manifiestan afecto y cuidado; y esto tiene como efecto una vida larga y feliz. La felicidad que promete el mandamiento no se encuentra vinculada a los méritos de los padres, sino en el reconocimiento y el respeto hacia quienes nos han traído al mundo.

Esta sabiduría milenaria evidencia la importancia del ambiente familiar en los primeros años de vida, que repercute en la posterior forma de ser y comportarnos. Podemos pensar en tantos jóvenes que, después de haber vivido una infancia difícil y dolorosa, se han reconciliado, a través de Cristo, con la vida y han sido un ejemplo luminoso para muchos otros. Los enigmas y los porqués de nuestra vida se iluminan descubriendo la presencia del Señor a nuestro lado. En Él, honramos a nuestros padres con la libertad de hijos adultos y los acogemos con misericordia y amor.


Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española venidos de España y Latinoamérica; en particular saludo a los participantes en el curso de rectores de Seminarios Mayores diocesanos, al grupo de la Pastoral de la Carretera de la Conferencia Episcopal Española, y a los catequistas de la Diócesis de Nogales, en México.

Los animo a reavivar en ustedes la gracia del bautismo que nos hace renacer de lo alto y ser hijos de Dios. Con esta consciencia, los invito a mostrar su cariño a sus padres, a través de signos concretos de ternura y afecto, y también con la oración.
Que Dios los bendiga. Muchas gracias.


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Autor

José Manuel Vidal

Periodista y teólogo, es conocido por su labor de información sobre la Iglesia Católica. Dirige Religión Digital.

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