Bergoglio se convierte en el primer pontífice en visitar el único diario laico que lee

Francisco y un día de la Inmaculada muy particular: recorrió «Il Messaggero» y saludó a todos sus periodistas

En su oración ante la Inmaculada, pidió para que las familias pobres "no sean abandonadas a sí mismas"

Francisco y un día de la Inmaculada muy particular: recorrió "Il Messaggero" y saludó a todos sus periodistas
El Papa, ante la Inmaculada

También rezó para que el cuidado de todos haga que Roma sea más bella y habitable para todos; para que el deber bien hecho por todos asegure los derechos de todos

(Hernán Reyes, corresponsal en el Vaticano).- Jorge Mario Bergoglio se convirtió hoy en el primer pontífice en visitar un periódico cuando, apenas antes de las 17, recorrió la sede de «Il Messaggero», un símbolo indiscutido de Roma, tras su habitual oración a los pies de la Inmaculada, por el Día de la Virgen.

«Il Messaggero es el único diario que leo, y luego me pongo a trabajar. Les deseo lo mejor y 140 años más», expresó durante la recorrida por las dos plantas del edificio emblemático del centro Romano, apenas después de estacionar su Ford Focus azul con matrícula vaticana 00919.

«Siempre con espíritu de servicio, explicando las cosas sin exagerar, siempre buscando lo concreto, esa es la virtud del periodista: el hecho«, los saludó antes de dejar una bendición general.

El pontífice aprovechó la cercanía entre la Plaza España y la sede del periódico para hacer una parada en su camino de regreso al Vaticano desde Plaza España y saludar a los trabajadores y autoridades del diario por sus 140 años. En un gesto histórico, respondió positivamente a la invitación que un mes atrás le había hecho llegar la vaticanista del periódico, Franca Giansoldati, a través de una persona de confianza mutua.

Más allá de la sorpresa, Francisco cumplió antes con el rito de homenajear a la Inmaculada frente a la embajada española ante la Santa Sede. Allí lo recibió la alcaldesa Virginia Raggi, junto a unos 300 discapacitados y enfermos a los que luego Bergoglio saludó afectuosamente uno a uno.

«Tú sabes lo que significa llevar en tu regazo la vida y sentir la indiferencia alrededor, el rechazo, a veces desprecio», le dirigió durante su oración Francisco a la virgen.

«Por eso te pido que te quedes cerca de las familias que hoy, en Roma, en Italia, en el mundo entero viven situaciones similares, para que no sean abandonadas a sí mismas, sino protegidas en sus derechos, derechos humanos que preceden a cualquier exigencia legítima«, agregó luego.

Además, minutos después de que en la vecina Plaza del Pueblo la xenófoba Liga Norte terminaba este sábado una demostración de fuerza con miles de manifestantes, Bergoglio le rezó a la Virgen para que «pensando en el bien común» de la ciudad, «todos los que revisten roles de mayores responsabilidades obtengan sabiduría, miradas de largo plazo y espítiru de servicio y de colaboración».

 

 

Durante su oración, el pontífice tuvo espacio también para referirse a la vida cotidiana de la capital italiana, en medio de las polémicas por la deficiente gestión de la recolección de residuos que enfrenta Raggi desde que asuió a mediados de 2016.

«También pienso en una gracia ordinaria que das a las personas que viven en Roma: la de afrontar los inconvenientes de la vida cotidiana con paciencia», oró a la Virgen.

«Pero para esto te pedimos la fuerza para no renunciar, en efecto, hacer cada día, cada uno, su parte para mejorar las cosas, para que el cuidado de todos haga que Roma sea más bella y habitable para todos; para que el deber bien hecho por todos asegure los derechos de todos», culminó.

Antes de la visita al periódico, como de costumbre, Francisco se había dirigido a una de las cuatro basílicas papales, Santa María la Mayor, para saludar a la Salus Populi Romani, la misma a la que confía cada uno de sus viajes fuera de Italia. Y a la que el año que viene, como viene anticipando Religión Digital, visitará por lo menos seis veces: en enero (peregrinación a Panamá), febrero (Emiratos Árabes), marzo (Marruecos), mayo (este europeo), septiembre (Japón o Mozambique y Madagascar) y noviembre (el destino africano o asiático que quede).

Francisco había iniciado la celebración por el día de la Virgen con el Ángelus frente a unas 30 mil personas en la Plaza San Pedro. Durante la oración mariana, y recordando que Dios es «el más tierno de los padres», y que nunca nos abandona, el Papa Francisco puso en guardia sobre la tentación del diablo que «insinúa la desconfianza en Dios», y señaló cómo María, desde los inicios, venció esta tentación.

Texto íntegro de la oración del Papa a la Inmaculada

Madre Inmaculada,

en el día de tu fiesta, tan querida para el pueblo cristiano,
vengo a rendirte homenaje en el corazón de Roma.

En mi ánimo llevo a los fieles de esta Iglesia
y a todos lo que viven en esta ciudad, especialmente a los enfermos
y a cuantos por, diferentes situaciones, experimentan grandes fatigas para ir adelante.

Antes de nada, queremos agradecerte
por el cuidado materno con que nos acompañas en nuestro camino:

¡Cuántas veces escuchamos contar, con lágrimas en los ojos,
a quienes han experimentado tu intercesión,
las gracias que pides por nosotros a tu Hijo Jesús!

Pienso también en una gracia ordinaria para la gente que vive en Roma:
La de afrontar con paciencia los desafíos de la vida cotidiana.


Pero para ello te pedimos la fuerza para no resignarnos, al contrario,
que cada uno ponga de su parte para mejorar las cosas,
para que el cuidado de cada uno haga de Roma más bella y habitable para todos;
para que el deber bien hecho de cada uno asegure los derechos de todos.

Y pensando en el bien común de esta ciudad, te pedimos por aquellos que desempeñan funciones de mayor responsabilidad:
dales sabiduría, amplitud de miras, espíritu de servicio y de colaboración.

Virgen Santa,
deseo confiarte de modo particular a los sacerdotes de esta Diócesis:
los párrocos y vice párrocos, los sacerdotes ancianos que con su corazón de pastores
continúan trabajando al servicio del pueblo de Dios,
y tantos sacerdotes estudiantes de todas partes del mundo que colaboran en las parroquias.

Para todos ellos te pido la dulce alegría de evangelizar y el don de ser padres, cercanos a la gente, misericordiosos.

A ti, Señora toda consagrada a Dios, te confío a las mujeres consagradas a la vida religiosa y a la secular,
que, gracias a Dios, en Roma son muchas, más que en otras ciudades del mundo,
y conforman un mosaico estupendo de nacionalidades y culturas.

Para ellos te pido la alegría de ser, como tú, esposas y madres, fecundas en la oración, en la caridad, en la compasión.

Oh Madre de Jesús,
una última cosa te pido, en este tiempo de Adviento,
pensando en los días en tú y José os encontrabais bajo el ansia
por el nacimiento de vuestro hijo,
preocupados porque era el tiempo del censo y también vosotros debíais dejar vuestro pueblo, Nazareth, y
viajar a Belén…


Tú sabes qué significa llevar vida en el seno
ysentir la indiferencia alrededor, el rechazo, en ocasiones el desprecio.

Por eso te pido que permanezcas cercana a las familias que hoy, en Roma, en Italia, en el mundo entero, viven situaciones similares,
para que no los abandones, sino que los tuteles en sus derechos,
derechos humanos que están antes que cualquier otra exigencia legítima.

Oh María Inmaculada,
aurora de esperanza al horizonte de la humanidad,
vela por esta ciudad,
por las casas, por las escuelas, por las oficinas, por las tiendas,
por las fábricas, por los hospitales, por las cárceles;
que en ningún lugar falte lo que Roma tiene de más precioso,
y que conserva para el mundo entero, el testamento de Jesús:
‘Amaos los unos a los otros, como yo os he amado’.

Amén.


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Autor

José Manuel Vidal

Periodista y teólogo, es conocido por su labor de información sobre la Iglesia Católica. Dirige Religión Digital.

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