El cristiano no considera ya a Dios como un tirano al que hay que temer. Ya no tiene miedo de Él, sino que siente florecer en su corazón la confianza en Él: puede hablar con el Creador llamándolo 'Papá'
(José M. Vidal).- El Papa Francisco invita, en su catequesis de la audiencia de los miércoles, a rezar a Dios con la confianza de un niño en su padre, en su abba, en su papá. Porque «Dios no es sólo un padre, sino también como una madre, que nunca deja de amar a su criatura». Tanto que «Dios te busca, aunque tú no lo busques. Dios te ama, aunque tú te hayas olvidado de él».
Lectura de la carta de Pablo a los Romanos:
«Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, los tales son hijos de Dios. Pues no habéis recibido un espíritu de esclavitud para volver otra vez al temor, sino que habéis recibido un espíritu de adopción como hijos, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre! El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu de que somos hijos de Dios».
Algunas frases de la catequesis del Papa
«Continuamos con la catequesis sobre el ‘Padre nuestro'»
«La oración parece querar llegar a lo esencial, hasta concentrarse en una sola palabra. Abba, Padre»
«El cristiano no considera ya a Dios como un tirano al que hay que temer. Ya no tiene miedo de Él, sino que siente florecer en su corazón la confianza en Él: puede hablar con el Creador llamándolo ‘Papá'»
«En esta palabra aramea quedó como ‘registrada’ la voz del propio Jesús»
«Decir ‘Abba’, ‘Papá’ es algo más íntimo y conmovedor que llamarlo simplemente ‘Padre'»
«Por eso, algunos porponen traducir la palabra original por ‘Papá'»
«Con el corazón tenemos que decir: papá»
«Estas expresiones evocan afecto y calor»
«Para rezar bien hay que llegar a tener un corazón de niño. Para rezar bien. No un corazón autosuficiente. Como un niño en brazos de su papá»
«¿Qué significa para Jesús esta palabra?»
«Imaginemos esta oración pronunciada por el Hijo pródigo, tras haber sido abrazado por su Padre»
«Esas palabras, entonces, cobran vida y fuerza»
«Dios sólo conoce el amor, nunca el odio»
«Yo sólo conozco el amor, dice Dios»
«Abbá, Padre»
«Dios te busca, aunque tú no lo busques. Dios te ama, aunque tú te hayas olvidado de él»
«Dios no es sólo un padre, sino también como una madre, que nunca deja de amar a su criatura»
«Para un cristiano rezar es decir sencillamente Abba, padre con la confianza de un niño»
«En los momentos difíciles podemos encontrar la fuerza de rezar, empezando con la palabra padre, papá»
«El nunca nos esconderá su rostro. Recordadlo bien. Quizás alguien tiene dentro cosas feas, amarguras…Él nunca nos esconderá su rostro. El no se encerrará en el silencio. Dile padre y él te responderá…Soy un delincuente, pero tienes un padre que te ama»
«En el silencio te dirá que nunca te ha perdido de vista, que ha seguido siempre allí, a tu lado y fiel a su amor por ti»
«No olvidéis nunca de decir padre»
Texto íntegro del saludo del Papa en español
Queridos hermanos y hermanas:
Seguimos con la catequesis sobre el «Padre nuestro» y lo hacemos observando que esta
oración se centra en la palabra: «Abba, Padre». Esta expresión es tan importante para los cristianos que se ha conservado en su forma original, escuchando en ella la misma voz de Jesús.
San Pablo nos dice que no hemos recibido un espíritu de esclavitud, sino un espíritu de hijos adoptivos, que nos hace gritar: «¡Abba!, Padre». El cristiano que ha conocido a Dios y ha escuchado su palabra no lo considera como un tirano al que debe temer, sino que siente confianza y afecto hacia él, como un niño en los brazos de su «papá».
La parábola del padre misericordioso nos enseña el sentido de la palabra «abba» a través de los sentimientos del hijo pródigo. La actitud de la figura del padre de esa parábola, que abraza al hijo después de haberlo esperado por mucho tiempo, nos recuerda el espíritu de la «madre», que sigue amando y perdonando a los hijos, aunque no lo merezcan.
Para un cristiano, rezar es decir simplemente «abba». En cualquier momento de nuestra vida podemos encontrar la fuerza y la alegría del corazón dirigiéndonos con confianza a nuestro Padre.
Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española venidos de España y Latinoamérica. Los animo a dirigirse a Dios como un Padre que nos ama y que sale a nuestro encuentro. No se cansen de llamarlo; porque él como Padre bueno viene a sanar nuestras heridas y a restablecer la alegría de ser sus hijos.
Que Dios los bendiga. Muchas gracias.