(PD/Agencias).- Es maravilloso cuando un torero es capaz de triunfar contundentemente aunque él no le haya dado importancia a lo que hizo. Y eso fue lo que consiguió Sebastián Castella en la primera de las tres tardes en las que actuará, triunfar cortando las dos orejas de su primero y escuchar una ovación en los medios de la plaza en su segundo. Poco después en el hotel fue muy parco: «a ver qué sucede mañana«.
Uno de sus dos toros de Begoña fue bueno y con ambos estuvo bien, sólo que se conformó con salir del paso gracias a su solvencia técníca.
A ver qué sucede hoy cuando actuará con la primera figura «Zotoluco», al triunfador Rafael Ortega y al maestro César Rincón. Alternó con «Zotoluco» quien poco pudo hacer con su primero que fue malo, y mucho con su segundo aunque el público no le valoró, lo que es una señal que Eulalio no puede echarse al campo a disfrutar de la vida, pues aunque regaló un toro nada más pasó.
Fernando Ochoa también cortó dos orejas, una en cada uno de sus astados, reafirmando que quiere reubicarse en el sitio que tuvo hace muchos años y que ahora entendiendo a la perfección sus dos buenos toros de Begoña lo tienen como el máximo triunfador de la feria de San Marcos.
