(J. Miguel Núñez/EFE).- Un gran toro lidiado como sobrero, de las herederas de Bohórquez, y el debut en la feria de un torero todavía modesto pero con muchas posibilidades, Torres Jerez, fueron las notas destacadas de la corrida que cerró ayer San Isidro-07. El reparto caprichoso de la suerte puso el toro de la tarde en manos de Esplá, que terminó difuminándolo a base de pamplinas, haciéndole un destoreo muy de su estilo. La coreografía, la puesta en escena, eso sí que se le dio bien al alicantino. Y lo sorprendente fue que una mayoría se le celebró como si fuera el mismísimo «Gallito».
Esplá se dejó ir el cuarto de la tarde, un sobrero, cinqueño, de las herederas de Bohórquez, ganadería que nada tiene que ver con los «murubes-urquijos» de Fermín Bohórquez, si no que por su encaste está directamente emparentada con Cebada Gago. Y es conveniente esta aclaración a pesar de que por su tipo, el toro era un auténtico «cebada». Por su sangre, «núñez» -la que predomina en Cebada Gago-, resultó envidiablemente bravo. Evidente.
Merecía mejor destino el toro que todas la «reolinas» que llevó por parte de Esplá, que estuvo lo que se dice jacarandoso con el capote en el recibo, en un galleo por chicuelinas y en un quite por navarras. En definitiva, sin parar los pies.
Toro bravo en el caballo, metiendo los riñones, recargando con fijeza. Galopó en banderillas, tercio que el alicantino cubrió con espectacularidad sobre todo en dos pares por dentro. Y ya muleta en mano, simplemente pinturero. Y escaso. Dos tandas por el lado derecho, sin ajustarse ni bajar la mano. Una al natural, la última, tomando más precauciones para quitarle importancia al toro.
Tuvo gracia que cortara la faena ahí. Una actitud con precedente en Juan Belmonte cuando dijo aquello de «el que quiera más, que venga mañana». Es posible que Esplá esté pensando en volver a Las Ventas por la Feria de Otoño. Y será así mientras cuente con tantos partidarios que le ríen la gracia de su enciclopédica tauromaquia.
Toro tan noble como soso
El que abrió plaza fue un toro tan noble como soso, transcendiendo más lo último por la falta de compromiso de Esplá a la hora de torearlo.
Toro noble también el segundo, que en un principio dio la impresión de más «chispa» gracias a la decisión y firmeza que puso Torres Jerez frente a él. Toro con buen fondo, la pena, ay, es que le faltó motor.
Los primeros lances de capote fueron de categoría. Se agradeció mucho, en esta feria en la que ha brillado tan poco el toreo de capa. A partir de ahí nació una buena sintonía entre el torero almeriense y el público.
«Muy bien Torres Jerez»
El toro llegó a la muleta embistiendo con temple pero sin humillar, con la cara natural que se dice. El mérito de torero fue correrle la mano con mucha despaciosidad, dejándosela (la muleta) en la cara a la terminación de cada pase para intentar, y de hecho conseguir, ligar el siguiente. Muy bien Torres Jerez, muy de verdad. Estuvo por encima del toro, y todo lo que hizo fue muy auténtico. La pena es que con la espada no sabe cómo ni por dónde se anda.
En el que hizo quinto, un «guardiola» mucho más complicado, ya que no dejaba de puntear, y cuya lidia transcurrió con la dificultad añadida del viento, otra vez se la jugó Torres Jerez con arrogancia y mucha suficiencia, con entrega y exquisita capacidad torera. Aunque de la espada, mejor ni hablar.
Con un lote malo, y con poco ánimo y menos recursos, Álvaro Justo no tuvo argumentos en la tarde. Su primero embestía pegando «arreones», como el sexto. Toros muy incómodo que no le dejaron ni «ponerse». Así acabó la tarde, y la feria, pues era corrida aplazada por lluvia del domingo, 20 de mayo.
En muchos aspectos valió la pena esperar a que se cumpliera la tarde, sobre todo por el toro de las herederas de Bohórquez, y por la importancia del estilo y la personalidad en la plaza de Torres Jerez, el último torero «tapado» de la Fiesta. Ha sido bueno que debute en una feria tan importante como ésta.
Ficha del festejo
Cinco toros de los herederos de Guardiola Fantoni, desiguales de presencia y de juego también variado. Nobles y buenos, los dos primeros. El quinto, menos claro. Y tercero y sexto, más «desaboríos». El cuarto fue un sobrero de las herederas de Bohórquez, cinqueño, bravo y con importancia, ovacionado en el arrastre.
Luis Francisco Esplá: bajonazo (silencio); y bajonazo a paso de banderillas (gran ovación tras petición minoritaria de oreja).
Torres Jerez: pinchazo, más de media contraria y atravesada, y dos descabellos (fuerte ovación tras un aviso); y dos pinchazos, y estocada baja casi entera (silencio).
Álvaro Justo: seis pinchazos, estocada y descabello (silencio); y dos pinchazos y estocada baja (silencio).
En cuadrillas, banderillearon con eficacia y valor Antonio Olivencia al segundo y Pablo Saugar al sexto. La plaza rozó el lleno en tarde soleada y ventosa.
