(PD).- Una oreja para Matías Tejela por una faena más que aceptable. Sin embargo, sin espada, pedida eso si por una aparente mayoría, dice poco bueno del prestigio de la plaza de toros de Las Ventas. La sensación en la tarde fue de que hubo más toros que toreros. Pero conviene precisar, por respeto al herido Ferrera y considerando que Tejela cortó una oreja.
También hay que tener en cuenta que Bolívar hizo el paseíllo con los puntos de una cornada que sufrió 48 horas antes en esta misma plaza, con un vendaje especial.
Hasta cierto punto se dejaron ir los toreros una oportunidad. Ferrera no terminó de acoplarse en su bravo toro primero, que se quedó crudo en el caballo, y que llegó a la muleta moviéndose mucho y con aparente buen son. La mala colocación del torero en los cites fuera de cacho, la muleta retrasada, las prisas y los muletazos de uno en uno dieron paso a la cornada. El toro lo vio y fue certero.
Para hacerse respetar, permaneció Fererra en el ruedo con el consabido torniquete. Pero de poco sirvió el riesgo de jugársela otra vez para una posible nueva voltereta. Entró por su pie a la enfermería. Y ni así le ovacionaron.
Tejela mató tres toros por el percance del compañero, y fue precisamente en el sobrero que sustituyó al que debía haber sido segundo de Ferrera, un astado de Fernando Peña con mucha calidad, ritmo y buen son, donde el alcalaíno alcanzó el éxito. La faena tuvo ciertos altibajos, pero en conjunto convenció mucho Tejela. Muy bien en los primeros compases, enganchando al toro por delante para traérselo muy atrás, con despaciosidad y mucho gusto. Aunque no siempre hizo el toreo curvilíneo, más bien en la línea recta, lo que suponía la suerte descargada, o lo que es lo mismo, la pierna contraria retrasada.
Pero hubo pases buenos, muy buenos, y ello también a pesar de perder algunos pasos entre uno y otro. Unas bernadinas finales volando la muleta con mucho salero dejaron aquello en puertas de un triunfo grande. Sin embargo, el fallo a espadas restó pañuelos en la petición de una oreja que a pesar de todo concedió el presidente. Oreja protestada, que no dice bien del prestigio de la plaza.
Tejela había salido del paso en su toro primero, paradito y sin recorrido. Y estuvo firme, templado y seguro con el sexto, que le faltó un tranco en sus desplazamientos y que tampoco tuvo la «transmisión» suficiente.
Bolívar, todavía convaleciente de la cornada de hace dos días, tuvo el mérito de salir a torear. Pero su esfuerzo no fue suficiente. Su primero, un buen toro, mereció más. Aunque fue toro a menos, tuvo mucho temple y embistió por abajo en el comienzo de faena. El quinto, todavía mejor, embistió arrancándose de largo, pronto, repetidor y por abajo. Anduvo el hombre queriendo y a la vez algo despistado.
LA CORRIDA
Cinco toros de «Ganadería Toros de Cortés», bien presentados y de juego desigual; los mejores, primero y quinto, aplaudido éste en el arrastre; también «sirvió» el tercero, aunque apagándose pronto; el sexto se movió, pero quedándose corto y un punto soso; el segundo, parado y sin recorrido. El cuarto, sobrero de Fernando Peña, un gran toro, ovacionado en el arrastre.
Antonio Ferrera: estocada baja casi entera (silencio) en el único que estoqueó.Matías Tejela, que estoqueó tres: estocada (silencio); pinchazo y estocada caída (una oreja ligeramente protestada); y cuatro pinchazos y estocada (silencio tras un aviso).Luis Bolívar: estocada y dos descabellos (silencio tras un aviso); y pinchazo hondo, otro pinchazo y media estocada (silencio tras un aviso).
En la enfermería fue operado bajo anestesia general Antonio Ferrera de «herida con orificio de entrada en la cara interna del tercio medio del muslo derecho con una trayectoria de quince centímetros que produce destrozos en el músculo vasto interno, con orificio de salida por la cara anterior. Pronóstico menos grave».
Trasladado a la Clínica «La Fraternidad». La plaza se llenó en tarde agradable.
