El novillero se cortó la coleta en la plaza como prueba definitiva de que abandonaba su hasta ahora profesión
El novillero Christian Hernánez escapó a la carrera del ruedo en plena corrida en la Plaza de México. Él mismo explicó la causa de su repentina huida: «Me faltaron un par de huevos». La Policía le detuvo por incumplimiento del contrato.
Christian Hernández debía matar dos novillos la pasada tarde en la Plaza México. Sin embargo, no se atrevió a hacerlo: tiró la muleta, salió corriendo y escapó del ruedo de un salto. El propio Hernández explicó después a la prensa el porqué de su actuación, que desencadenó una monumental bronca entre el escaso público:
«Me faltaron un par de huevos, esto no es lo mío».
El novillero se cortó la coleta en la plaza como prueba definitiva de que abandonaba su hasta ahora profesión.
Su repentino abandono le costó, además, que la Policía le detuviera por incumplimiento del contrato.
Hernández, más calmado, se sinceraba en el diario La Reforma:
«Al juez le expliqué que tuve mucho miedo, que no podía matar a ese novillo. La profesión que yo creí que era mía no lo es, respeto y admiro a todos los toreros, hay que tener muchos… para ponerse delante de un toro, y a mí, hoy, me faltaron».
LA CORRIDA
México, D.F.- Plaza México.
Segunda novillada de la Temporada Chica. Unas mil 300 personas en tarde de clima cambiante.
Llovió durante la lidia del 2o. y 5o., con más fuerza en éste último, y entre ambos toros apareció un sol radiante. 5 novillos de De Haro, ejemplarmente presentados, muy en tipo de de variado comportamiento, de los que sobresalió el 3o. por su nobleza y buen estilo. Pesos: 474, 471, 469, 473 y 478 kilos.
Alfonso Mateos (granate y azabache): Palmas y pitos tras dos avisos.
Cristian Hernández (rosa y oro): Bronca tras tres aviso y bronca tras tres avisos.
David Aguilar (rosa pálido y oro): Ovación.