‘Ratón’, el feroz toro de la ganadería Gregorio de Jesús, que en la madrugada del domingo 14 de agosto de 2011 mató a un joven de 29 años en las fiestas de Játiva, tiene contratados otros dos festejos para este verano: el 10 de septiembre participará en una exhibición en Sueca y el 24 del mismo mes está anunciada su presencia en la plaza de toros de Canals.
En la web del Ayuntamiento de Canals se anunciaba este acto como «la última oportunidad para ver en acción a Ratón, conocido por su carácter sanguinario e inteligencia», pero ya lo han quitado.
El alcalde de Canals, Ramón Cardona, ha pedido al ganadero Gregorio García, propietario de ‘Ratón’ y empresario que se ha adjudicado la gestión de los festejos taurinos en esta localidad valenciana el próximo septiembre, que retire a este animal de la programación debido a su trágico historial.
Explica M.A. Ruiz Coll en ABC que el presidente de la Diputación de Valencia y alcalde de Játiva, Alfonso Rus, es de la misma idea:
«Espero que no vuelvan a pasar estas cosas y que no vuelvan a contratar a toros ratones».
Lo cierto es que el cruel historial de Ratón no ha hecho sino acrecentar su leyenda: cada verano decenas de pueblos se disputan su presencia desde que, en 2006, se cobró su primera víctima en Sagunto.
La Consejería de Gobernación de la Generalitat Valenciana, que el año pasado aprobó un decreto endureciendo las medidas de seguridad para los festejos taurinos populares, ha abierto una investigación para esclarecer las responsabilidades sobre lo ocurrido en Játiva.
‘El toro asesino’
El toro, que tiene más de 10 años (unos 60 en una persona) y pesa poco más de 500 kilos, estuvo a punto de jubilarse el pasado verano, sin embargo su dueño, el ganadero Gregorio de Jesús, cedió a las presiones de aficionados y ayuntamientos para que volviese a los ruedos.
Los ayuntamientos valencianos han llegado a pagar hasta 15.000 euros por contar con ‘Ratón’ en sus fiestas. El consistorio de Jàtiva abonó cerca de 10.000.
«Es por el que más se paga, pero es el más barato. Allá a donde va los empresarios doblan el precio de las entradas (de 6 euros a 12) porque saben que la plaza se va a llenar. Todos salimos ganando, pues los comercios alrededor de la plaza también notan más actividad si Ratón está anunciado», aseguraba su propietario el verano pasado.
El edil de Fiestas de Xàtiva, Ramón Vila, ha señalado que la responsable de todo lo que ocurre en la plaza es la empresa concesionaria de la gestión del ruedo setabense y ha anunciado que, tras hablar con el alcalde, Alfonso Rus, no se prevé suspender ninguno de los actos taurinos programados para el resto de la Fira, que concluirá el próximo 20 de agosto.
EL GANADERO
«Es un toro muy comercial para los empresarios y las peñas taurinas», explicó este 15 de agosto a ABC Gregorio García, fundador de la ganadería Gregorio de Jesús, «cada año podríamos llevarlo a 40 festejos, porque nos lo piden, pero sólo sale siete u ocho veces a la plaza».
Gregorio García se mostró consternado por el trágico accidente registrado el domingo en Játiva.
La historia de Ratón tiene mucho de leyenda, alimentada por la gente y cierta medida por su dueño, de quien recogemos también declaraciones hechas bastante antes de la trágica cogida de Játiva.
La primera vez que se dio a conocer fue en Puerto de Sagunto, en 2006, cuando mató a cornadas a un hombre de 50 años.
El vídeo de la cogida fue visto por cientos de miles de personas en Internet y muchos aficionados empezaron a seguir su trayectoria. Durante esos años, se le adjudican más de una treintena de cornadas.
Su saltó a la fama ocurrido en 2006 en Fallas, cuando empitonó tres veces a un hombre de 27 años en la plaza de toros de Valencia.
A Manuel, veterano aficionado, apenas le quedaban dos metros para llegar a la barrera, pero el cornúpeta le alcanzó por la espalda y lo volteó varias veces en el aire hasta que lo dejó pisoteado en el coso.
Los organizadores suspendieron, entre pitos de los presentes, el festejo. Fue el comienzo de la historia sangrienta de Ratón.
Las apariciones de Ratón se cotizan caras. Gregorio cobra de 6.000 a 10.000 euros por su participación, cuando lo normal por un toro de alquiler es 1.000.
Nunca una res había cobrado tanto. Mientras que el resto de los animales suelen salir durante todo el año, Ratón se limita a aparecer unas diez veces por temporada: sólo lo hace en Aragón, Valencia, Cataluña y Navarra, comunidades en las que el reglamento no obliga a sacrificar a las reses después de ser toreadas.
Los puristas de la fiesta defienden que el espectáculo no está en la sangre ni en la muerte. Eso es sólo morbo. El verdadero aficionado se interesa por los quiebros y las piruetas de los recortadores.
Carlos Zorrilla y Manuel Vicent, directivos de la Federación de Bous al Carrer, una organización sin ánimo de lucro que engloba a las peñas participantes en las fiestas populares, defienden con una montaña de papeles en la mano el buen nombre de la tradición.
«Los toros con muchas víctimas suelen ser más cobardes, menos nobles. El buen aficionado, no sigue a esos animales«, dice Zorrilla.
Pero aclara que ha habido actuaciones memorables de Ratón que no han sido famosas, en parte, por la nobleza de la faena. No había sangre.
Los festejos taurinos dejaron 4 muertos y 676 heridos el año pasado en la Comunidad Valenciana, donde casi 300 pueblos -más de la mitad de los existentes en la región- celebraron algún evento taurino.
Vicent opina que, en comparación con las fiestas que hubo (más de 6.000) han sido pocos los incidentes.
«Se ponen muchas medidas de seguridad. Esto es una fiesta, no se busca que nadie salga herido. Es una tradición y queremos que se trate con el máximo respeto».
Gregorio de Jesús sabe que la fama viene acompañada de las críticas.
«Las figuras siempre han tenido sus detractores y sus admiradores. A Raúl (ex delantero del Real Madrid y ahora en Alemania) lo ponen en duda, pero ahí están sus goles. A Ratón le pasa igual, van a quedar para siempre sus actuaciones».
Ratón es el heredero de otros toros que han hecho historia, como Ratonero, un animal que llenó plazas hace dos décadas; El Mijares, que da nombre a una peña taurina; o Modisto, Cubano, Marinero y Faraón, unos morlacos que también se han granjeado su fama a golpe de asta. Son leyenda.
Cuando Ratón apenas era una cría, unos chicos se colaron en la finca y lo encerraron durante horas en un apartadero, a oscuras. Estaba temblando cuando lo sacaron.
Gregorio lo rememora con dramatismo:
«Pensé que se moría. Creo que siempre se acuerda de aquella perrería y desde entonces saca toda su mala leche».
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