Acompañado por su esposa, el diestro jerezano ha escuchado las palabras de los doctores, que le han confirmado el diagnóstico de la parálisis facial del lado izquierdo y la posible pérdida de visión del ojo del mismo lado, ha explicado su apoderado, Diego Robles.
Asimismo, los médicos han expresado al torero la posibilidad de que, pasado el tiempo, cicatrizadas las heridas y soldadas las fracturas sufridas, podría someterse a algún tipo de tratamiento para recuperar movilidad en la zona afectada.
Consciente del alcance de la cornada, Padilla se ha ratificado en su determinación de volver a torear y ha pedido a sus apoderados que no anulen ninguno de los contratos que tiene firmados en países americanos para noviembre, que son los del día 13 en Lima, el 18 y el 19 en las plazas venezolanas de Valencia y Maracaibo y el 30 en Quito.
El torero sigue ingresado en la unidad de cuidados intensivos del hospital Miguel Servet, donde hoy ha sido visitado por un buen número de compañeros y amigos, que le han encontrado con fuerza y ánimo. «Hay Padilla para rato», ha sido la frase que más ha repetido durante toda la mañana.
El diestro de Jerez, al que se le ha reducido la sedación, no ha tenido fiebre en ningún momento, lo que aleja la posibilidad de una temida infección en la tremenda herida que le infirió un toro de Ana Romero en la segunda corrida de la feria del Pilar.
Los médicos contemplan la posibilidad de que sea trasladado a planta en unas 48 horas y hoy está previsto que empiece a tomar los primeros alimentos líquidos. «Está bastante mejor.
Nunca ha perdido el ánimo desde que ocurrió el percance, pero ahora además se le nota infinitamente más fuerte, con la vitalidad que le caracteriza», ha explicado Robles.
El apoderado está viviendo con esperanza «la incertidumbre de lo que vendrá en las próximas 48 horas», según el plazo establecido por los doctores para saber si Padilla volverá a ver o no por el ojo izquierdo, un desenlace para el que hay que apoyarse, dice, «en la ciencia médica, por supuesto, y en el carácter del torero».
LAS COGIDAS MÁS GRAVES DE 2011
El torero Juan José Padilla, corneado en el rostro en la segunda corrida de la Feria del Pilar, perderá la movilidad del lado izquierdo de su rostro y, casi con toda probabilidad, también la visión de ese ojo, según ha comentado Diego Robles, uno de sus apoderados.
El Juli resultó cogido en la segunda corrida de la feria de Bayona el 9 de septiembrepor su primer toro, y pasó a la enfermería aunque al final todo se quedó en un susto y su vida no corre peligro.
El matador de toros Iván Fandiño sufrió una grave cornada en la pierna derecha en la corrida celebrada 20 de agosto en la plaza de toros de Málaga con motivo de la Feria. La cogida le causó una herida de 25 centímetros.
La novillera Conchi Ríos tuvo una impresionante cogida en Rieumes el 27 de junio. El toro la enganchó en el muslo derecho y la llevó desde las tablas hasta el centro del ruedo. Se recupera satisfactoriamente.
El rejoneador Sergio Vegas se enfrentó a un toro en puntas en Granada el 20 de junio y éste le infirió una cornada de 25 centímetros al entrar a matar echando pie a tierra.
El diestro Miguel Abellán resultó herido en la boca al recibir un pitonazo cuando entraba a matar a su primer toro en la corrida que se celebró en Las Ventas el 11 de junio.
El novillero malagueño Jiménez Fortes sufrió una cornada de 20 centímetros en el muslo derecho durante su corrida en la Feria de San Isidro en Las Ventas el pasado 17 de mayo.
Grave cogida del torero Sebastián Castella en Medellín, Colombia el 14 de febrero. El torero francés había realizado una gran faena a un toro de César Rincón, cuando el animal iba a doblar, se arrancó y empitonó al diestro.