La tauromaquia debería esperar que la política intervenga lo menos posible porque cuando interviene es para prohibir
Andrés Amorós, al que Mario Vargas Llosa ha definido como uno de los mejores conocedores de la historia y el arte de la tauromaquia, presenta en Periodista Digital su último libro, ‘Enrique Ponce, un torero para la historia’, que repasa la exitosa y dilatada trayectoria del matador de toros valenciano.
TITULARES MÁS RELEVANTES DE LA ENTREVISTA CON ANDRÉS AMORÓS
En Las Ventas hay un sector crítico con Ponce que siempre es más duro con las figuras y que le exigen como tal.
A veces la cercanía impide ver la trayectoria y solo te juzgan por lo último que has hecho
Enrique Ponce tiene una cualidad que es a la vez su mayor peligro: la difícil facilidad, algo que hace que la haya gente que no lo aprecie lo suficiente
José Tomás y Enrique Ponce nunca han coincidido en plenitud en la plaza. Cuando torearon juntos triunfó Ponce y luego Tomás se retiró. En la actualidad Ponce está en su última etapa y Tomás está en esta posición tan peculiar de torear tres corridas al año y en plazas no de primera categoría
José Tomás no ha aceptado torear mano a mano con Ponce en la feria de Julio de Valencia de este año
Nadie se imagina un Madrid-Barcelona no televisado al igual que no tendría sentido un Ponce-José Tomás sin televisión, algo que nunca ha aceptado éste último pues por su estrategia no pasa que haya cámaras de TV en sus actuaciones
José Tomás ha elegido el camino de la rareza, lo extraordinario, la excepcionalidad mientras que Ponce sigue por el de la normalidad
Yo siempre he creído que lo que necesita la Fiesta son toros encastados mientras que el entorno de José Tomás responde que lo que le hace falta es márketing y glamour
Hace falta que la gente no solo vea la belleza del toreo sino también la emoción y el riesgo
Se corre el peligro de que la tauromaquia se convierta en un espectáculo light, propio de un momento como el actual, también muy light
La tauromaquia debería esperar que la política intervenga lo menos posible porque cuando interviene es para prohibir
La tauromaquia mantiene estructuras precapitalistas, es necesario respetar y mantener la esencia del toreo pero modernizar otros conoceptos como la comodidad de las plazas y sus instalaciones
‘Enrique Ponce’, un torero para la historia:
«En este espléndido libro, Andrés Amorós, uno de los mejores conocedores de la historia y el arte de la tauromaquia, refiere la biografía y las hazañas llevadas a cabo en los ruedos de todo el mundo por Enrique Ponce, uno de los más notables matadores que haya tenido el mundo del toreo.
En estas páginas vemos revivir la historia, el misterio, la belleza, el riesgo, la gracia y la vitalidad que tienen las corridas de toros y la manera como ellas se encarnan en un diestro que, desde su más tierna infancia, comprometió su vida en esa vocación que lo ha llevado a enfrentarse y lidiar más de dos mil corridas de toros. Es decir, a entregar prácticamente toda su existencia, jugándose en ello la vida, en crear esa forma de expresión artística, el toreo, una de las más intensas de las bellas artes, y, a la vez, la más frágil y efímera, pues al igual que la danza y la música vive fugazmente para luego desaparecer de la realidad y sobrevivir solo en la memoria».
Del prólogo de Mario Vargas Llosa
Los autores:
Andrés Amorós es catedrático de Literatura Española y escritor. Autor de más de ciento cincuenta libros, ha recibido, entre otros, los premios Nacional de Ensayo, Nacional de Crítica Literaria, Fastenrath de la Real Academia Española y Letras Valencianas.
Considerado hoy el máximo especialista en los aspectos culturales de la tauromaquia, ha publicado una docena de libros ya clásicos sobre esta materia: Toros y cultura, Lenguaje taurino y sociedad, La tauromaquia de Marcial Lalanda, Los toros en la literatura (tomo VII de Los toros de José María de Cossío), Diez toreros de Madrid, Escritores ante la fiesta (De Antonio Machado a Antonio Gala), La lidia (Diccionario de tauromaquia), Ignacio Sánchez Mejías y El toreo de frente: Manolo Vázquez.
Enrique Ponce: su trayectoria no tiene precedente en la historia de la tauromaquia: ha lidiado más de cuatro mil toros e indultado cuarenta; durante diez temporadas seguidas ha toreado más de cien corridas; ha abierto las puertas grandes de las más exigentes plazas de España, Francia e Hispanoamérica… Además, ha recibido la Medalla de Bellas Artes estando en activo y es el primer diestro nombrado académico.
No es sólo una figura de época, sino un auténtico torero para la Historia.