No se han acallado los ecos de la muerte de Víctor Barrio y de todo lo que hubo detrás, con insultos y amenazas al diestro y a su familia, y de nuevo vuelve a repuntar la escalada de gente poco dada al razocinio al conocerse la cogida a otro profesional de los ruedos –«Una zorra con el coño de cianuro respondió al mensaje de la viuda de Víctor Barrio»-.
En este caso se trata del novillero Pablo Belando, que fue corneado por el segundo novillo en la jornada del 24 de julio de 2016 en Las Ventas (Madrid). El parte médico es claro y conciso:
Presenta tres heridas por asta de toro, una en cara posterior del tórax derecho, que produce fractura costal, penetrando en cavidad torácica. Se realiza toracotomía, evidenciándose hemoneumotórax e importante contusión pulmonar en el lóbulo inferior derecho. Se procede a colocación de tubo endotorácico.
Según detalla esDiario, el murciano presenta tres heridas por asta de toro, una de ellas le ha afectado al pulmón, otra en la pierna derecha de 20 centímetros con dos trayectorias y una tercera en el glúteo, de 10 centímetros. El novillero tiene dañado el músculo del gemelo interno y la cara interna de la pierna derecha.
Sin embargo, a pesar de su situación y de que los internautas debían haber aprendido la lección tras lo de Barrio, de nuevo vuelta a los ataques.
Así las cosas, un tal Elkin Martínez, que ahora ha restringido el acceso a su cuenta de Facebook, escribió perlas de este calado:
Me da un fresquito ver esto. Ojalá que la cornada sea letal.
Cuando una usuaria de esa red le afea el comportamiento, le dice que la cornada no parece letal y que, al mismo tiempo, le avisa conque sus palabras son constitutivas de un delito y que, por tanto, puede acabar delante de un juez, el sujeto replica que:
Lástima. Aquí no utilizamos jueces, aquí es bala y para el río.
