El suizo Roger Federer se ha clasificado por segunda vez en su carrera para disputar la final del Abierto de Australia al liquidar este viernes al alemán Nicolas Kiefer por 6-3, 5-7, 6-0 y 6-2 en dos horas y 40 minutos. Federer, campeón en el 2004 y semifinalista al siguiente, se enfrentará en la final con el sorprendente chipriota Marcos Baghdatis, 54 del mundo.
El suizo, que no parece tan preciso y sigue dando oportunidades en forma de sets a su rivales, no ha trabajado demasiado y se ha impuesto a un germano, muy cansado tras su batalla de los cuartos de final ante el francés Sebastien Grosjean y que fue perdiendo fuelle a medida que pasaba el partido.
Sin muchas dificultades
Esto no lo ha dejado pasar Federer, un jugador poco dado a dar concesiones y a sacar máximo rendimiento a las que le conceden. Pese al despiste del segundo set, nunca pasó excesivos problemas para vencer a su rival. Sin embargo, Nicolas Kiefer aún ha tenido fuerzas de sacar rendimiento al mínimo resquicio que le ha dejado el número uno del mundo en forma de bolas de break y ha podido alargar el encuentro hasta las cuatro mangas al vencer en la segunda por 7-5.
Federer, que había aprovechado una rotura en el primer set para empezar dominado por 6-3, reflexionó en el descanso y ha afinado su tenis para endosar un rosco al germano, que parecía darse como satisfecho por haber creado ciertos problemas al suizo y que ya sólo ha sido capaz de ganar dos servicios el resto del encuentro.
El cuarto parcial tampoco ha tenido demasiada historia. El carrusel de errores de Kiefer se tradujo en dos breaks (4-1) y el suizo ya no ha encontrado problemas para jugar su segunda final en Melboune, donde fue campeón en 2004, escenario en el que le espera la revelación Marcos Baghdatis y su animosa afición.
