José Rosado.- El Atlético de Madrid ha presentado a Javier Aguirre como nuevo entrenador para la próxima temporada. Después de meter al Osasuna en Champions League, el entrenador mexicano comienza un proyecto ilusionante para muchos. Sin embargo, el caso del Atleti empieza a ser anacrónico; cada año las mismas palabras, las mismas esperanzas y, como siempre, los mismos resultados.
Como cada año, las caras se suceden en el Vicente Calderón; la temporada pasada el fichaje de Carlos Bianchi para el banquillo del Atlético hacía presagiar una temporada competitiva para el equipo rojiblanco. Este proyecto no llegó a finalizar la temporada; en enero fue sustituido por Pepe Murcia, un técnico de “perfil bajo” que al menos consiguió mantener una dignidad de un club que, por presupuesto, plantilla e historia, no puede permitirse el lujo de seguir defraudando a unos aficionados que, derrota tras derrota, siguen llenando las gradas del Vicente Calderón.
En su presentación, Javier Aguirre ha manifestado su intención de “devolver al equipo al lugar que se merece”; no sabe dónde se ha metido. El entrenador mexicano llega a un equipo con una plantilla de jugadores muy competitivos, a priori, aunque con una estela de conjunto perdedor difícil de desprenderse.
Cerezo aprende muy lentamente de sus errores -pero aprende- y ya se ha quitado de encima al director deportivo Toni Muñoz aunque sigue encargando, con Miguel Ángel Gil a la sombra, los fichajes personalmente. Atados ya Pernía y Agüero, a no ser que la falta de pagos eche por tierra las contrataciones -algo más que posible-, asegurado Ze Castro y desestimado Rosicky; Cerezo ha anunciado que no se ha cerrado el cupo de fichajes y quiere a un jugador de las mismas cualidades que el checo.
A estos fichajes hay que unirles las peticiones del ‘Vasco’ Aguirre; el nuevo entrenador quiere alguno de sus anteriores jugadores y ya se está hablando de Raúl García como el idóneo para el centro del campo del Atleti. Claro que será difícil que el Osasuna deje escapar a su jugador estrella o que éste prefiera el club rojiblanco a la Liga de Campeones y el consiguiente escaparate que esta competición supone.
Un año más, el Atlético incorpora otra tanda de cromos a su plantilla en vez de consolidar el proyecto ya existente. Para colmo de males, el Manchester vuelve a la carga por Fernando Torres; el club inglés ha presentado una curiosa encuesta a sus seguidores preguntando por el fichaje de El Niño. Que Torres abandone la disciplina del equipo no debería ser necesariamente malo, supondría una inyección a las arcas del equipo, las cuales empiezan a flaquear pese al rumor de la venta del Calderón, y permitiría la contratación de otros jugadores de primer nivel para consolidar el equipo; el problema es que es el Atleti. Ese dinero a buen seguro acabaría desperdiciado o se gastaría, la próxima temporada, en contratar a nuevas caras para un nuevo “proyecto ilusionante”.
