José Rosado.- Las últimas informaciones publicadas en la prensa italiana involucran al Milan en el escándalo de las designaciones arbitrales que ya han mandado a la Juventus a la segunda división italiana. De continuar las investigaciones, no quedarán clubes en la primera división del Calcio.
A principios de mayo, la prensa italiana comenzaba a publicar extractos de conversaciones telefónicas entre Luciano Moggi y Antonio Giraudo, director general y de administrador de la Juventus respectivamente, con el encargado de las designaciones arbitrales, Pierluigi Pairetto.
Pairetto, que además era miembro de la comisión de árbitros de la UEFA, escuchaba las “sugerencias” de Moggi para la elección de colegiados y le avisaba de los encargados de arbitrar los partidos de la Liga de Campeones.
Estas grabaciones, realizadas en 2004, fueron archivadas sorprendentemente por la fiscalía de Turín ya que no parecía haber sobornos a los árbitros citados. Sin embargo, todo hace indicar que la verdadera razón del archivo se debía a que la fiscalía de Nápoles tenía pensado abrir diligencias contra Moggi que no sólo se centrarían en la designación de árbitros.
Pero las irregularidades no acababan ahí. El hijo de Moggi, Alessandro es el principal dirigente de GEA World, una empresa de representación de jugadores donde también participa, en el consejo directivo, Chiara Geronzi, hija de un importante banquero gracias a la cual, Moggi padre podría haber presionado a los clubs endeudados con ese banco, para llevarse a sus estrellas a la Juventus.
La «bestia negra» de Berlusconi
El escándalo ha salpicado a diferentes estamentos, tanto es así, que la Federación Italiana de Fútbol (FIGC) ha encargado a Francesco Borrelli la investigación del caso. Borrelli fue fiscal de Milán y uno de los máximos impulsores del proceso anticorrupción Manos Limpias; además está considerado como la “bestia negra” de Berlusconi.
Borrelli intentará esclarecer un asunto que, cuanto más se investiga, más se complica. El ex fiscal de Milán tendrá que demostrar que un grupo de directivos han manejado el campeonato italiano a su antojo mediante designaciones arbitrales, tráfico de influencias e innumerables irregularidades.
Todo hace prever que la Juventus bajará a la Serie B -segunda división italiana- si no algo peor, y se le desposeerá de sus dos últimos títulos de Liga. Sin embargo, las últimas revelaciones de la prensa italiana hacen indicar que puede que no sea el único en abandonar la categoría.
El Milan, implicado
Este jueves, el Corriere della Sera publicaba unas informaciones en las que aparecía el nombre de Adriano Galliani. Galliani es el administrador delegado y vicepresidente del Milan. El diario italiano difundía extractos de las conversaciones que Galliani mantenía con responsables de las designaciones arbitrales.
Galliani encargaba a su mano derecha Leonardo Merani los contactos con árbitros o responsables en la designación arbitral. En estas conversaciones Merani criticaba la actuación de algunos colegiados y recibía ‘avisos’ sobre los árbitros que pitarían los partidos del Milan días antes de que se celebraran.
Aunque todavía no se ha podido comprobar que en estas conversaciones hubiera compra de árbitros o ‘peticiones’ explícitas como en el caso de Moggi, el equipo de Berlusconi podría revivir el drama de los ochenta, cuando el equipo descendió a causa de las apuestas ilegales. de seguir por este rumbo las investigaciones, dentro de poco no quedarán equipos competitivos en Italia.
El descenso de la Juventus es casi oficial, mientras que el Milan puede evitarlo aunque nada le salvará de tener que pagar una multa y el descrédito que estas informaciones suponen. Sin embargo, las investigaciones no han acabado y pueden ser más los equipos involucrados; quizá lo que deberían preguntarse en Italia es cómo se ha llegado a esta situación.
