Tommy Robredo, séptimo favorito, resolvió su primer duelo en el torneo de Roland Garros al vencer este domingo al checo Tomas Zib por 6-4, 6-2 y 6-2. Robredo se enfrentará en segunda ronda con el vencedor del encuentro entre los serbios Boris Pashanski e Ilia Bozoljaz, éste último de la fase previa.
Con un seguro juego de fondo y en dos horas y un minuto, Robredo solventó su segundo encuentro contra Zib, a quien ya había vencido el año pasado en el Abierto de Australia.
En su primera actuación como uno de los ocho cabezas de serie de en un Grand Slam, Robredo mantuvo el juego que le llevó a ganar hace una semana el torneo más importante de su carrera, el Masters Series de Hamburgo.
Robredo nunca ha perdido en la primera ronda de Roland Garros, torneo que disputa por sexta vez y en el que tiene ahora un balance de 17 partidos ganados y 5 perdidos, siendo sus mejores actuaciones en París los cuartos de final de 2003 y 2005.
Este año su confianza en tierra batida se ha visto refrendada con su puesto de finalista en Barcelona y el título en Hamburgo. En total lleva 14 victorias de 20 encuentros en esta superficie.
Zib, por su parte, mantiene su mala racha contra jugadores españoles, pues con el de hoy lleva ya seis partidos seguidos perdidos, contra Rafael Nadal en Stuttgart (2005), David Ferrer en New Haven (2005), Fernando Verdasco en Palermo (2005), Juan Carlos Ferrero en el Abierto de Australia (2006) y Galo Blaco en Barcelona (2006) y continúa sin ganar un partido en el cuadro principal de París, donde cayó en las primera rondas de 2000 y 2005.
Federer arranca a fuego lento
Poco después, el número uno del mundo, el suizo Roger Federer, sufrió más de lo previsto para superar su primer obstáculo, el argentino Diego Hartfield al que derrotó por 7-5, 7-6 (2) y 6-2 en dos horas y 36 minutos.
No fue una presentación brillante para el finalista de Montecarlo y Roma. Federer tenía, a priori, un fácil envite ante un tenista como Hartfield, número 156 del mundo y que desde la previa se había ganado por primera vez en su carrera un hueco en el cuadro final de un ‘Grand Slam’.
Un debut que podía atenazar más aún el tenis del argentino, pero lo que se vio en los primeros compases fue todo lo contrario. Un errático Federer cedía en dos ocasiones su servicio (3-0).
Era el primer aviso de que no era el mejor día del suizo, incluso Hartfield contó con dos bolas de situar el 4-0 en el marcador. Remontó Federer, aprovechando su mayor experiencia, pero no mejoró su tenis.
Así del 5-3 se pasó al 5-7 con el que Federer cerraba la primera manga y que parecía debía frenar el ímpetu de su rival, más si cabe después de que el número uno se situase con 3-1 en la segunda manga. Pero no resultó así.
Federer volvió a dar muestras de su debilidad y Hartfield lo aprovechó para forzar el ‘tie-break’, donde únicamente la experiencia del primer cabeza de serie decantó el mismo.
Con dos sets abajo y castigado físicamente Hartfield terminó por bajar los brazos. Federer superó un escollo más complicado de lo inicialmente previsto, aunque deberá mejorar su tenis -cometió hasta 49 errores no forzados- para acometer el que se presenta como su asalto decisivo a Roland Garros.
