Ataque de pánico de Nadal

«Esperar, esperar y esperar». Es el resumen que hizo Rafa Nadal de la jornada del jueves, durante la que la lluvia se adueñó de Roland Garros y acabó obligando a suspender el partido del mallorquín contra el estadounidense Kim, que finalmente se disputó.

Cuenta D. Pérez en ABC que al de Manacor le dio tiempo a algo más, a sufrir un ataque de pánico. «No entendía nada. Fui a entrenarme, a prepararme para el partido, pero echaba todas las bolas fuera por un metro. Llegué a pensar que estaba fatal. Me preocupé bastante».

Le estuvo dado vueltas a la cabeza y sólo encontró la solución al enigma de su desacostumbrada falta de puntería casi al final del día, cuando aún no habían suspendido su encuentro y teóricamente quedaba poco para entrar en pista.

«Fue de repente -recuerda-. Empecé a tocar la raqueta y entonces me di cuenta de que las cuerdas no eran las de siempre». Nadal utiliza unas de «galga 35», pero las que le habían puesto eran del 30, mucho más finas. No es de extrañar que perdiera el tacto y el toque de la bola.

«Cuando me di cuenta me puse muy nervioso; me entró mucho miedo y temí de verdad que no fuera capaz de jugar. Además, ninguna de mis raquetas -suele salir a la cancha con cinco o seis- estaba preparada. Me asusté a tope. Nunca me había ocurrido algo así y me tenía que pasar justo en Roland Garros».

Lo cierto es que fue un momento de tremenda angustia. Rafa pensaba que iba a entrar en pista en cualquier momento y su agente, Carlos Costa, buscaba por todo Roland Garros las cuerdas habituales. Las encontró a tiempo, pero las justas para encordar sólo tres raquetas, las mínimas con las que se puede afrontar un partido.

Luego, el tiempo quiso dar un respiro al campeón. El encuentro se anuló y «el disgusto -explica Rafa- se convirtió en la mejor noticia del día».
Ya no tenía que preocuparse por esas bolas huidizas que nunca botaban dentro de las líneas. Todavía no está claro cómo se pudo producir este malentendido, pero todo apunta a que la fábrica se equivocó al enviar el material.
«Delantero izquierdo goleador»

Ayer se confirmaron las buenas sensaciones. Tras vencer a Kim lo señaló:

«Me encuentro mejor que cuando empecé en Montecarlo». Y ya se sabe lo que ocurrió en el Principado. Tras el susto del día anterior se le notaba feliz al español.

Incluso, aprovechó durante la rueda de prensa una pregunta de fútbol de un colega brasileño para bromear:

«Yo soy delantero izquierdo, goleador ¡eh! Así que ya saben todos los equipos: aquí me tienen si quieren fichar un buen jugador».

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