El técnico francés Doménech se guía por el horóscopo

(PD).- Raymond Doménech, nacido bajo el signo de Acuario en 1952, pasea con aire preocupado por los pasillos del castillo del barón de Münchhausen. El seleccionador francés puede ver desde los ventanales de la edificación del siglo XVI los caminos por los que el flautista de Hamelin, allí donde se entrena su equipo, hechizaba alternativamente a las ratas o a los niños, según su estado de ánimo. Creyente apasionado de la astrología y actor aficionado, tiene problemas. Una larga lista.

Sus jugadores están divididos en grupitos, según informa Daniel Borasteros en El País. El portero Coupet (Capricornio) llegó a abandonar la concentración alegando agravios comparativos con Barthez (Cáncer). Otros, como Trezeguet (Libra), cuestionan sus decisiones. Zidane (Cáncer), según opinión muy extendida, manda más que el técnico y es quien ha impuesto la titularidad de su amigo Barthez.

Los periodistas franceses le han declarado la guerra

Él ha demandado a algunos por difamación. En el plano deportivo, confiesa que tiene «pesadillas» con su rival de hoy, Suiza. Una victoria, comentan, «disolvería todo de golpe».

«Respira por el pulmón de Aimé Jacquet, escucha por sus orejas, bombea sangre desde su corazón»

comenta con un punto poético alguien muy cercano a la expedición francesa. Jacquet es el predecesor y referente de Doménech. Fue destituido tras caer en la primera fase en el Mundial de 2002 y en la Eurocopa de 2004. A él le consulta todos sus movimientos. A él y a Zidane, claro.

Quizá en una de esas visitas a la casa del ex preparador se fraguó la ausencia de Giuly (Cáncer), o la de Anelka (Piscis), o la de Micoud (Leo). O la más que probable suplencia, hoy, de Trezeguet. El delantero del Juventus ha sido muy explícito:

«Cuando tienes los delanteros que tiene Francia, debes jugar con ellos. Hay que apostar por eso. Brasil pone a todas sus figuras y nadie dice nada. Pero aquí es imposible por la mentalidad».

Donde pone «mentalidad» léase «Doménech». Trezeguet no es especialmente del agrado de Zidane. Además, Doménech «es muy rencoroso y no le va a perdonar esas palabras», dicen quienes le conocen.

Tampoco olvida las de Micoud hace unas semanas:

«No voy a la selección porque soy leo y ya van muchos leo».

La ausencia de Pires, tal vez, se explique porque es escorpio y, según algunos medios franceses, Doménech ha dicho que «los escorpio, en el césped, se matan entre ellos». En esa misma comparecencia dijo que los leo «siempre hacen algo chiflado».

«Es un enamorado de la astrología, pero aquellas palabras no creo que las dijera en serio»

comentan en la delegación francesa.

«Raymond es aficionado a la provocación, recuerde que es actor»

insisten.

«Se ha acostumbrado a sorprender con una cosa distinta cada día a la prensa y yo creo que se equivoca»

dice un ex responsable del París Saint Germain.

Sus relaciones con los medios son malas. Bueno, no con todos. Su pareja, con la que tiene una niña pequeña, es una de las presentadoras estrella de un canal televisivo. La cadena, muy astuta, la ha desplazado para que cubra la concentración de la selección. El resto de los periodistas ha denunciado tratos de favor. También le han acusado de pedir dinero por diversas intervenciones publicitarias. Unas afirmaciones que ha desmentido, al tiempo que anunciaba una querella contra los que le habían señalado.

Trezeguet ha escogido el camino de Coupet.

«No entiendo las decisiones del entrenador en ocasiones, pero no soy de los que piden explicaciones»

comentó el delantero, que apeló, a la «opinión» de Zidane o Henry (Leo):

«Deberán decir algo sobre este asunto porque somos sólidos, pero no marcamos goles y así no se puede ganar».

Doménech minimiza los terremotos en su vestuario y califica todo suceso de «pequeño malentendido».

«Es muy inteligente y es difícil saber qué está tramando con cada cosa que dice o hace»

sugiere la misma fuente. Lo que sí es seguro es su profundo y reconocido interés en el rastreo astral. Quizá por eso eligió el castillo del barón como cuartel general. Sus aventuras se plasmaron en dos libritos en los que se ridiculizaba la tendencia del verdadero Münchhausen a exagerar. Así, sus viajes a Moscú, se convierten en paseos por la Luna. Un satélite muy relevante para leer en el dibujo del cielo, en los planetas, en las cartas del zodiaco.

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