Rafael Nadal y Roger Federer empiezan un nuevo duelo entre ambos por el título de Wimbledon y la supremacía en el tenis mundial. A pesar de que el suizo es el número uno, la realidad es que el español le ha robado protagonismo con sus seis victorias sobre el suizo, cinco de ellas de forma consecutiva.
Si la tierra beneficia las características de juego de Nadal, la hierba da ventaja a Roger, con golpes más cerrados y perpendiculares al suelo, que no necesitan de tanta flexión ni aceleración.
El peso de la pelota apenas se nota en Wimbledon, por lo que la derecha del manacorí pierde fuerza. La empuñadura semioeste de Rafa no te permite jugar sobre la línea. La bola no viene sino que has de ir a por ella.
El helvético, con una empuñadura este, aprovecha para atacar e ir hacia delante. Este tipo de empuñadura está cerca de la que se utiliza en la volea.
Por eso Federer se defiende tan bien en la red. Es un jugador creativo y de un tenis menos uniforme que el habitual de tierra. En cuanto al servicio, Nadal se garantiza un gran porcentaje de éxito gracias al cortado, que efectúa con la zurda y que patina en hierba.
