Brillante arranque de Jiménez y García en el British Open

Miguel Ángel Jiménez y Sergio García desarrollaron su mejor juego en la primera jornada del British Open, tercer ‘major’ de la temporada, en el que se situaron, respectivamente, a uno y dos golpes del líder, el norirlandés Graeme McDowell. Junto a Jiménez se encuentra Tiger Woods, número uno del mundo y que parece haber recuperado la senda del triunfo en un grande tras su descalabro en el US Open.

Desde 1999, cuando Olazábal conquisto su segunda Chaqueta Verde, las opciones españolas de conquistar un ‘major’ siempre han sido reducidas, casi mínimas. Lo mejor fue la actuación de Sergio García en el US Open de aquel mismo año -segundo tras Woods- o el renacer del propio Olazábal en la pasada edición del British y en el último Masters. Pero esa tendencia parece haber cambiado con la llegada del Abierto Británico a un campo anticuado como Hoylake.

El Royal Liverpool GC, que toma el testigo de St. Andrews como sede del British Open y acoge por undécima vez el torneo, la última hace 39 años, se ha quedado pequeño. Los avances en tecnología, los palos, las bolas, las nuevas superficies para los ‘greens’, el físico de los jugadores y un nutrido etcétera unidos a la falta de viento en la jornada inaugural de la edición 135 dieron rienda suelta a los mejores jugadores del mundo. Cada uno con su estilo, con su plan de juego, con su rutina, todo basado en sacar el máximo partido a un recorrido obsoleto y a una meteorología complaciente.

Pero, desde luego, lo mejor de todo, independientemente de que los candidatos al título, que no grandes favoritos, que se han quedado un poco rezagados de la pelea sean ilustres nombres como los dos últimos campeones (los estadounidenses Todd Hamilton y Ben Curtis) o europeos de relumbrón como Paul Casey, Henrik Stenson, David Howell o Luke Donald, han sido los españoles. Concretamente, el malagueño Miguel Ángel Jiménez y el castellonense Sergio García.

Aunque el de Borriol se veía envuelto en la bruma matinal y salía de los primeros al campo, fue de los pocos que se aprovechó de la lluvia caída durante la noche que mejoró el estado de los ‘greens’ (de seguir este sol van a tener que regarlos, y mucho). García, aquejado de problemas en su espalda a la altura del omóplato y con un ‘putter’ más que irregular a lo largo de la temporada, superó todas y cada una de las estadísticas del campo -calles cogidas, ‘greens in regulation’, distancia en la salida y, lo realmente bueno, evitó todos los profundísimos ‘bunkers’- lo que le proporcionó muchas opciones de ‘birdie’ que no desaprovechó. Un solo error en toda su tarjeta y cinco ‘birdies’ que le dejaban empatado en la séptima plaza y con todo el día para contemplar a sus rivales.

Quizás, lo que no esperaba el castellonense era que uno de los más encarnizados rivales con los que se encontrará en jornadas venideras sea su grandísimo amigo Miguel Ángel Jiménez. El malagueño no dio puntada sin hilo en toda la jornada y, a pesar de comenzar con un ‘bogey’ en el hoyo cuatro, realizó un esplendido ‘sprint’ final para robar seis golpes al campo, incluidos los factibles hoyos 16 y 18, y colocarse a un solo golpe del líder.

Pero esa trayectoria no sólo fue la elegida por Jiménez. El número uno del mundo eligió el mismo recorrido, aunque con diferentes armas. El pegador más poderoso prefirió un humilde hierro dos en casi todas las salidas y sólo sacó a pasear el ‘driver’ en una ocasión y una madera tres en otra. Peleando, luchando contra el campo, viendo cómo las trampas de arena jugaban en su contra, Tiger Woods sacó lo mejor de si, lo que ofreció en pasado Western Open y levantó una tarjeta aceptable para transformarla en fuera de serie con un ‘eagle’ final en el 18 que le dejaba en la segunda plaza.

Junto al malagueño y al número uno mundial se encuentran las sorpresas que siempre aparecen en las primeras jornadas de un grande: los británicos Greg Owen y Anthony Wall y el japonés Keiichiro Fukabori. Todos ellos a un golpe de un líder no menos sorprendente, el norirlandés Graeme McDowell que supo aprovechar a la perfección las oportunidades que ofrecen los últimos cuatro hoyos.

Entre el resto de favoritos si bien es cierto que no todos brillaron a la altura de Woods no lo es menos que casi ninguno perdió todas las opciones de pelear por la victoria. Weir, Els, Furyk o Scott están empatados en la séptima plaza con García y con un golpe menos encontramos a Phil Mickelson. Ya en el menos dos Vijay Singh y Retief Goosen. Tal vez, la única gran decepción haya sido la del irlandés Padraig Harrington tras su sensacional final en Winged Foot.

Gran estreno de Fernández-Castaño
Pero la pelea por los puestos de cabeza no resta importancia a la sensacional jornada del madrileño Gonzalo Fernández-Castaño en su estreno en un ‘major’.

El jugador de Madrid se ha salido, ha demostrado todo el golf que tiene dentro y, aún mejor, nos ha hecho soñar con un futuro muy alagüeño para este deporte a nivel nacional. Tras un comienzo irregular, con sendos ‘bogeys’ en los hoyos 3 y 7, se ha rehecho como los grandes campeones, en la segunda vuelta, justo cuando el viento comenzaba a soplar en el estuario del río Dee. Cuatro ‘birdies’ y menos dos en el total, con todas sus opciones intactas.

Menos afortunada ha sido la actuación de José María Olazábal, que nos hizo soñar la pasada campaña en St. Andrews y esta misma en el Augusta National. El vasco ha perdido un poco ese ‘feeling’ aunque se ha batido como un jabato contra todas las adversidades para terminar con un excepcional ‘birdie’ en el hoyo 18 y un más uno en el total.

Justo un golpe por encima del mito que volvió a su hogar. Severiano Ballesteros, previsiblemente fuera de forma tras una ausencia de dos años y cuatro del British, resurgió con un más dos, resultado nada desdeñable, y se ganó el favor de sus mejores aficionados y más fieles seguidores.

Finalmente, Carlos Rodiles puso la nota más negativa de la jornada. No terminó último pero le faltó poco. En el torneo gracias a las rondas europeas de clasificación, el otro malagueño presente en Hoylake se desplomó desde el principio y no tuvo oportunidad de levantar cabeza quizás por que su temporada no está siendo ideal, quizás porque un grande no da opciones. La cuestión es que terminó con nueve golpes por encima del par y ya sin ninguna posibilidad de meterse en el fin de semana.

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