La leyenda de Agassi continúa viva

Andre Agassi se regaló a sí mismo al menos un par de días más como tenista profesional al batir al chipriota Marcos Baghdatis en una emocionante noche de tenis. Agassi, ex número uno del mundo, se impuso por 6-4, 6-4, 3-6, 5-7 y 7-5 en tres horas y 48 minutos de juego para terminar alzando los brazos tras un partido que está ya entre los grandes momentos de la historia del Abierto de Estados Unidos.

«Todos ustedes, muchachos, refrescan mi espíritu, y les agradezco por ello», dijo Agassi a los más de 23.000 espectadores en el estadio Arthur Ashe, todos a favor del estadounidense durante el increíble partido que jugó con el número ocho del ranking mundial. Agassi, de 36 años, fue sobrio y preciso en los dos primeros sets ante un Baghdatis, de 21, atado y nervioso.

El estadounidense dispuso incluso de una ventaja de dos sets a uno y 4-0 antes de que el encuentro desembocara en una sucesión de emociones como sólo los grandes torneos son capaces de ofrecer.

Tras desperdiciar la ventaja de 4-0, Agassi vio como Baghdatis atacaba con una derecha cruzada y llevaba la definición a un quinto set. El equilibrió continuó en ese quinto parcial. Baghdatis seguía maravillando con sus golpes planos y potentes, aderezados con un gran sentido del humor. Pero Agassi asombraba con sus golpes compactos, su notable precisión en el contragolpe, su permanente ambición cuando ya hace tiempo que nada tiene que demostrarle a nadie.

Épicos juegos finales
La emoción subió varios grados 17 minutos después de la medianoche, cuando, sacando Agassi 4-4 y 40-40, Baghdatis lanzó un grito y se tomó la pierna izquierda. El chipriota, semifinalista en Wimbledon y finalista del Abierto de Australia este año, estaba acalambrado. Se apoyaba en los carteles, saltaba en una pierna, hacía gestos de dolor y se reía: todo a la vez. Drama y comedia, euforia e incertidumbre. Tenis al cien por ciento.

Casi sin poder moverse, Baghdatis se las arregló para lanzar un «palo» de devolución y disponer de un break point. Hasta tres pelotas de quiebre de servicio superó Agassi, que cometió una doble falta con ventaja, mientras su esposa, Steffi Graf, se comía las uñas en la tribuna. Pero Agassi se repuso y se adelantó 5-4. El médico atendió a Baghdatis en el cambio de lado, mientras público y prensa sospechaban de la seriedad del calambre.

No pudo aprovechar el estadounidense un match point en el décimo juego, pero minutos después, ya pasados 48 minutos de la medianoche, una derecha larga del chipriota desató la euforia de los espectadores: Agassi seguía vivo, el retiro quedaba postergado. «Gracias por ser mi amigo, espero poder serlo». La frase de John McEnroe como entrevistador de Agassi siguió elevando la temperatura del show.

¿Cómo demonios…?

«¿Cómo demonios ganaste este partido?», le preguntó el ex número uno de los años ’80 a Agassi. «Soy tu amigo, no hay dudas de eso, John. Tuve un 4-0 en el cuarto set, y no fue mi espalda, fue todo… Me siento tan bien hoy, ¡qué momento!», dijo mientras Graf contenía las lágrimas. «El es una leyenda, más que una leyenda. Todo lo que digas no es suficiente», admitió Baghdatis, que se despidió abrazando a su rival y acariciando cariñosamente la calva de Agassi, al que nunca se había enfrentado.

«Mira esto, hay 23.000 personas aquí viéndote. Son las 12:44 de la noche», insistió McEnroe a Agassi antes de lanzar una frase a mitad de camino entre la broma y el deseo: «Ahora sólo te quedan cinco partidos más».

El público bramó, y Agassi sonrió. «Me siento como si hubiera estado viviendo un sueño por 21 años, y hoy es un momento que no olvidaré». «Me siento increíble. Fue difícil recuperarme de mi partido anterior, sin dudas. El tema no es cuántas horas jugué hoy. La pregunta ahora es cómo responderá mi cuerpo. Te cuento mañana», dijo entre risas.

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