Pasada la Ryder Cup y los formatos ajenos a la competición ordinaria, el ‘stroke play’ ha devuelto a los aficionados a la cruda realidad: el absoluto dominio de Tiger Woods. El californiano se impuso por quinta vez en el torneo American Express de la Copa del Mundo de golf con ocho golpes de ventaja sobre Ian Poulter y Adam Scott.
El norteamericano encaró la última vuelta con seis golpes de ventaja sobre el australiano Adam Scott y, como era previsible por las cifras históricas de Tiger, no perdonó y se llevó el torneo con solvencia y gran autoridad pese al mal tiempo.
En su carrera como profesional, el estadounidense había llegado al último día líder en 50 ocasiones y no pierde un torneo con al menos dos golpes de ventaja antes del recorrido final desde que el danés Thomas Björn le batió en Dubai en 2001.
Woods acabó con ocho impactos de ventaja sobre el inglés Ian Poulter y el propio Scott tras cerrar su actuación este fin de semana con una tarjeta de 67 para un total de 261 (-23). José María Olazábal concluyó en la 17ª plaza a 16 golpes del ganador, tras hacer el domingo 69; mientras, Sergio García acabó trigésimo segundo.
