(José Daze).-Aunque suene a broma y nadie se lo llegue a creer, el bicampeón del mundo de Fórmula-1 tiene su propio pueblo. Y, lo que es mejor, con su nombre. Así es. Toda una revelación. Casas de Fernando Alonso es un pequeño municipio situado al sur de la provincia de Cuenca donde viven 1.370 personas. Y están de enhorabuena por el título, aunque, en realidad, poco tienen que ver con el piloto asturiano.
De hecho, a sus habitantes se les conoce como «teatineros» y nadie sabe si siguen apasionadamente las carreras como cabría pensar. El pueblo esta situado donde antiguamente se encontraba el convento de los frailes Teatinos, de donde le viene su gentilicio. Mas tarde Don Fernando Alonso, procedente de la cercana villa de San Clemente, se instaló y formó una nueva villa dándole su nombre. Pero fue a finales del siglo XV cuando un cambio demográfico en la parte sur de Cuenca, a consecuencia de una mayor demanda de trabajo, se fueron construyendo casas. Al tiempo que aumentaba la población, las viviendas se fueron agrupando hasta formar un pequeño poblado, hasta que en 1606, una donación de un clérigo de San Clemente llamado Cristóbal de Talavera propicia la aparición de una finca a la que comenzaron a denominar, en un principio, «Casas de Hernando Alonso».
En el momento en el que los Jesuitas se instalaron definitivamente en la finca, comenzó a crecer la demanda de trabajo. Pasados los años, a mediados del siglo XVII, la aldea pasa a denominarse «Casas de Fernando Alonso», aunque todavía faltarían trescientos años para que naciera el piloto asturiano. ¿Premonición? ¿Casualidad? ¿Una visión futura? Nada de eso, en realidad.
Pero el tiempo pasa y ya en el año 1670 Casas de Fernando Alonso consigue la independencia de San Clemente, en el plano religioso, aunque fue una década después cuando se desvinculó, definitiva y totalmente, de este municipio. Con la división de provincias y términos municipales impuestas durante el reinado de Isabel II, Casas de Fernando Alonso pasa a pertenecer a la provincia de Cuenca con una extensión de 30.6 km cuadrados. Después de la hazaña de ‘ese’ que se hace llamar igual que el pueblo, sus habitantes deben estar muy contentos.
