(PD).-El ex internacional alemán Uwe Seller, que cumple setenta años, considera que los jugadores actuales se quejan demasiado, no se comprometen plenamente con sus equipos y se olvidan que tienen condiciones laborales ideales por las que deberían dar cada mañana «saltos de alegría».
«Los jugadores están lesionados permanentemente. Tienen cosas que nosotros ni siquiera conocíamos… Nosotros jugábamos con dolores, lo que hoy no haría nadie. Defender la salud está bien, pero cuando por cualquier pequeñez se llama un terapeuta la sensibilidad crece y lo que veo es que cada vez hay más lesionados», dice Seller en una entrevista que publica la revista ‘Sport Bild’.
Seller no acepta como explicación el que los jugadores hoy tengan una mayor carga de partidos.
«Jugar dos o tres veces por semana es algo para reirse. Sólo se buscan difícil ¿Hay algo mejor que un partido? En nuestra época, además de jugar, trabajábamos a tiempo completo».
Seller, subcampeón del mundo en 1966, recuerda que él mismo combinó el fútbol con su trabajo como agente comercial que le obligaba a recorrer entre 60.000 y 80.000 kilómetros por semana.
«El fútbol se ha convertido en negocio. Tal vez tenga que ser así. Pero no puedo entender que un profesional no lo dé todo durante noventa minutos. No es aceptable que alguien que no hace nada distinto a jugar fútbol esté cansado después de 45 minutos».
Critica, además, lo desagradecidos que son los futbolistas.
«Tienen las mejores condiciones de trabajo posibles, ganan millones. No entiendo que no sean más agradecidos. Yo daría saltos de alegría cada mañana».
Lo que más le molesta a Seller del fútbol actual es la tendencia de los jugadores a simular faltas, lo que en Alemania le parece más frecuente que en las otras ligas europeas.
«Lo peor son las caídas de teatrales, entre nosotros eso es peor que en el resto de Europa».
Pese a sus críticas al fútbol actual, Seller cree que en Alemania sigue habiendo un profesional ejemplar y que éste es el delantero Miroslav Klose.
«Trabaja para el equipo, abre huecos para sus compañeros, hace pases para gol y marca goles. Es el único delantero alemán de clase mundial. Un modelo».
