(PD).- El español Tommy Robredo acabó su aventura en el Masters Series de París al sucumbir en semifinales frente al ruso Nikolay Davydenko por 6-3, 5-7 y 6-2 en casi dos horas de juego, aunque consigue el billete a para la Copa Masters de Shangai.Davydenko se medirá en la final con el ganador del duelo entre el alemán Tommy Haas y el eslovaco Dominik Hrbaty.
Al español le faltó físico para remontar un partido que se le puso muy difícil frente al jugador mejor clasificado de los que disputan el torneo parisiense. Fue una reedición de la final del
torneo de Gastad, pero en esta ocasión la victoria fue para el ruso.
La serie de Davydenko es impresionante. La de hoy fue su victoria 66 de la temporada. Sólo el suizo Roger Federer (87) ha ganado más partidos que el ruso que, además, jugará su séptima final del año y optará a adjudicarse su quinto torneo, tras los de Poertchach,
Sopot, New Haven y Moscú.
Su rival saldrá del partido que disputan el alemán Tommy Haas, décimo favorito, y el eslovaco Dominik Hrbaty, 17. Robredo no podrá sumar el segundo Másters de su carrera, tras la victoria de esta temporada en Hamburgo, aunque se lleva de París la clasificación para la Copa Masters de Shangai, otro de los objetivos
de su temporada.
En la primera manga la superioridad del ruso fue flagrante. No había cedido un solo set en París y llegaba pleno de forma y con menos de dos horas de juego en las piernas, por lo que, con un juego casi sin errores, no dio opción alguna al español, que cedió dos
veces su saque.
Robredo subió de nivel nada más comenzar el segundo set,
coincidiendo con un bajón de Davydenko, que comenzó a fallar bolas y dio opción al español de desplegar su mejor tenis.
En el undécimo juego, Robredo llevó la apoteosis a Bercy, que apoyó más al español que al ruso. Tommy logró un punto extraordinario y levantó al público de sus asientos, lo que supuso la primera piedra para romper el saque del ruso por segunda vez en
el partido.Sólo le faltaba anotarse su saque para prolongar el encuentro, algo que hizo con facilidad con un juego en blanco.
Pero nada más ganar la silla, Robredo llamó al masajista aquejado de los aductores. Fue el primer signo de fatiga y marcó el desarrollo del tercer set. Davydenko recuperó su mejor tenis, se adjudicó los tres primeros juegos de la tercera manga, uno de ellos con saque de Robredo, y no tuvo más que gestionar esa ventaja.
