El Real Madrid reaccionó ante la inesperada derrota cosechada en la primera jornada de la Copa ULEB ante el Eiffel Towers holandés ante el PAOK Salónica griego, al que derrotó sin demasiados problemas (69-45) para estrenar el casillero de triunfos continentales. En el grupo A, el Gran Canaria se mantiene invicto tras derrotar al Hemofarm (73-81).
Lo mejor de la noche, por lo entrañable, corrió a cargo de Jan Martín, hijo del malogrado Fernando Martín, que debutó con la casaca madridista en los minutos finales y anotó el único tiro que lanzó. Un triple.
El comienzo de los blancos invitaba a la duda. Los griegos aprovecharon al croata Drago Pasalic y al serbio Blagota Sekulic para adueñarse de la zona blanca y situar el marcador en 3-9. La diferencia no era importante y el partido acababa de empezar, pero la sensación que transmitía el Madrid recordaba la del estreno en Holanda.
El estadounidense Charles Smith cargó la muñeca rápidamente. Anotó dos triples dentro de un parcial de 7-0 (10-9 m.7) y despertó al resto del quintento madrileño. El PAOK, sin una explicación coherente que vaya más allá de las pérdidas de balón y el bajo porcentaje de triples, logró acabar el primer cuarto empatado (13-13) y, en el segundo, desapareció en ataque.
El equipo de Joan Plaza firmó un nuevo parcial que le valió para distanciarse y jugar con tranquilidad. La serie creció hasta un 11-2 (24-15) y eso a pesar de que los blancos tampoco podían presumir de un día especialmente lúcido en ataque. Los bajos porcentajes de tiro reaparecieron después del descanso. Eso sí, el Madrid no tenía motivos para preocuparse en exceso. Smith alimentó las razones para mantener la tranquilidad al poner la ventaja por primera vez en toda la noche en diez puntos (32-22). El PAOK iba camino de hacer bueno su deficiente segundo cuarto.
