Los resultados mandan y las necesidades aprietan. Fabio Capello mantenía en sus reuniones semanales con la dirección deportiva del club que el primer equipo necesitaba refuerzos inmediatos en posiciones determinadas, como la de central y medio organizador. El primero de ellos, aunque no sea ni lo uno ni otro, ya se ha cerrado.
Revela Enrique Ortego en ABC que se trata de Marcelo -Marcelo Vieira da Silva Júnior-, 18 años, lateral izquierdo del Fluminense y al que Dunga hizo debutar en septiembre con Brasil (incluso marcó un tanto en Londres contra País de Gales).
La operación con el club de Río y con los representantes del jugador se cerró el miércoles por la noche, como ABC anunciaba en la última edición de ayer. Firmará por cinco temporadas y el club blanco pagará a plazos nueve millones de euros.
La realidad es que ha sido el propio Marcelo el gran artífice de acabar en el Real Madrid. Él ha dicho la última palabra, a pesar de tener mejores ofertas de otros clubes, situación que también se repetía con el Fluminense.
El Sevilla tenía prácticamente cerrado su fichaje el martes por la noche. Compraba el 50 por ciento de sus derechos y el otro 50 era abonado por un grupo inversor. Olympique de Lyon y CSKA de Moscú también esperaban su turno.
Franco Baldini, mano derecha de Pedja Mijatovic, fue quien comenzó las negociaciones y quien elaboró el informe técnico. En principio el Real Madrid prefería mantener «controlado al jugador» y tener una opción sobre él, porque considera que aún no está para ser titular en el primer equipo y mantenerle en el ostracismo de la suplencia a su edad sería contradictorio.
Al acelerarse el interés de otros clubes los técnicos del Bernabéu han tenido que hacer valer sus primeros contactos y con la ayuda del futbolista cerrar la operación.
Ahora falta por saber si Marcelo se incorporará directamente al primer equipo o será cedido a algún club para que juegue regularmente.
Tampoco hay que descartar que se entrene con el Real Madrid y juegue cuando Roberto Carlos necesite descanso o en partidos puntuales y también alguno con el Castilla. Esta fórmula es muy del agrado de Capello, que llegó a pensar incluso que Ronaldo adquiriera así la forma física.
