(PD).- Los leones rugieron fuerte en Mestalla…pero sólo a falta de un minuto en un encuentro en el que un Valencia confiado y con la moral de un campeón se deshizo en pedazos cuando en el minuto 90, y gracias a un tanto de cabeza de Llorente, empataban a puntos en su feudo.
Los vascos estuvieron serios, aunque les faltó peligrosidad. De hecho, no estuvieron demasiado volcados en agobiar la portería protegida por Cañizares. Pero, el Valencia, que no consiguió encontrar el camino para sentenciar un encuentro que lo tenia ganado, lo pagó muy caro. Con este resultado se alejan de la estela de los puestos de cabeza.
El Athletic nunca fue con decisión a buscar la igualada pero en cierto modo, se encontraron enfrente de un rival impreciso y nervioso que no supo encarrilar la vitoria. Esa ventaja en el marcador cayó en saco roto y, los visitantes, sin variar el sistema de juego que ha venido realizando en este inicio de temporada -y que tantos sustos les está dando- se encontraron con un punto después de ir detrás en el marcador durante todo el partido. Un encuentro pésimo y aburrido en el que nadie brilló.
Pero si la primera parte estuvo nivelada, en la segunda la cosa no cambió demasiado, aunque los ‘leones’ tomaron el pulso del encuentro mucho antes que sus oponentes, ya que se asentaron pronto sobre el terreno de juego y, sobre todo, lo hicieron sin las precauciones defensivas que a priori se suponían. Los de Quique Sánchez Flores perdió dos puntos en el partido a consecuencia de racanear con cambios defensivos a la par que un fútbol espeso sin fluidez. Esto les llevó a encajar un amago gol en el 89, que les dejó boquiabiertos y con sólo un punto.
El partido comenzó con un desafío entre los dos equipos durante los diez primeros minutos para ver que equipo de los dos conseguía dar más balones en largo. Sólo Yeste y alguna maravilla de Joaquín salvaban a los dos conjuntos de la quema. Sin embargo, los de Sánchez Flores echaban el balón al suelo y jugaban por las bandas de vez en cuando.
Silva se erigió en protagonista del juego ofensivo valencianista, aunque sin mucho acierto en los primeros 45 minutos. Además, el conjunto ché perdía muchos balones en la medular, lo que posibilitó que los leones se crecieran y Gabilondo fallara sólo ante Cañizares.
Sin embargo, el dominio ficticio de los de Felix Sarriugarte, se desmoronó como un castillo de naipes cuando Morientes anotó un gol de bellísima factura en el minuto 43. El de Sonseca puso el balón pegado a la cepa del poste derecho de Lafuente y fue inapelable para el portero bilbaíno.
En la segunda mitad cambió el decorado. El conjunto de la capital del Turia salió a por todas y metió la directa para poder incrementar su cuenta aunque se encontrara con la férrea defensa rojiblanca. A partir del minuto 60, el Valencia se dedicó a amarrar el resultado pensando en lo que le viene encima en las próximas semanas (Sevilla y Real Madrid).
