Rafa Guerrero, en el punto de todas las críticas (otra vez)

(PD).- ¿Se acuerdan de Rafa Guerrero? Sí, sí, aquel linier que se convirtió en un personaje famoso por pronunciar aquella frase de «ha sido el seis. Penalti y expulsión». Pero de eso ya hace diez años en un partido entre el Zaragoza y el Barcelona. De nuevo, ha vuelto a estar en todas las críticas y en el punto de mira de todos por intentar robar protagonismo al fútbol de alta calidad. El juez de línea más mediático de España y parte del extranjeroentró en acción (otra vez).

Esta vez le tocó probar la ‘medicina Guerrero’ a Thiago Motta en un partido de alto voltaje. Y es que el premio a la mejor actuación habría que dárselo a Diego Milito tras su ‘teatro’ en un forcejeo con el azulgrana. Allí estuvo, otra vez, la figura de Rafa Guerrero que llamó rápidamente a Iturralde para ‘chivarse’ de que el azulgrana había agredido al jugador del Zaragoza. Así fue, y así se produjo la expulsión del italo-brasileño ante la indigación de la afición azulgrana. Quizá entró a tomar partido la fortuna para equilibrar el partido gracias al error cometido por Milito en el que vio la roja posteriormente. Pero los intensos veinte minutos que quedaron por delante levantó la ambición al Barcelona para llevarse, finalmente, el partido.

Esto es lo que se pudo ver en el acta de Iturralde González tras el partido: expulsión de Motta por «golpear a un contrario con su mano en la cara, estando el balón en juego», y posteriormente lo hizo con Neeskens «por coger por el cuello» a Juanfran y con Carlos Naval «por protestar de forma airada y reiterada las decisiones arbitrales, saliente del área técnica, habiendo sido advertido por el cuarto árbitro». El caso es que el protagonista involuntario del partido fue el centrocampista, que tras el choque ante el Zaragoza todavía seguía sin comprender las razones de su expulsión.

Rafa Guerrero saltó a la fama en 1996 por la expulsión que dictó al colegiado principal Mejuto González en un partido entre el Zaragoza y el Barcelona, repetido en este 2006 en un nuevo encuentro entre ambos conjuntos, aunque esta vez disputado en el Camp Nou. Como hace diez años, los jugadores, entonces los del Zaragoza y ahora los del Barcelona, rodearon al asistente, contrariados por su intervención.

El 29 de septiembre de 1996, Rafa Guerrero reclamó la atención del árbitro, Mejuto González, para informarle de que «el número seis» zaragocista merecía la expulsión por una agresión al barcelonista Fernando Couto en el área, con el consiguiente penalti por estar el balón en juego. Las cámaras de Canal Plus captaron el diálogo entre el asistente y el colegiado principal con frases que se incorporaron al folklore futbolístico español como la de «Rafa no me jodas» o «penalti y expulsión». El ayudante de Mejuto González se equivocó, porque las cámaras demostraron que el protagonista de la acción no era el seis -Xavi Aguado- sino su compañero Solana y la pena máxima era discutible. Diez años después y a partir de aquella anécdota, Rafa Guerrero se ha convertido en el asistente más famoso del arbitraje español hasta el punto de aparecer en un anuncio de televisión.

Ahora, en su vuelta a un duelo entre Barcelona y Zaragoza, la historia se repite, al menos en parte, pero con la expulsión para un jugador de diferente bando, aunque instantes después el equipo aragonés perdió también a un jugador por roja directa, Gabi Milito, pero sin la intervención de este nuevo estandarte de la ‘moviola’.

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