¿Qué excusa tiene Luis ahora para no irse de la selección?

Sufrió España. El público salió descontento. Incluso la grada silbó, gritó y rasgó sus tristes gargantas. Se espraba mucho más de este partido, pero cayó en el desastre. Se produjo una descomposición tan grande que el hedor ha traspasado fronteras. España fue la viva imagen de la impotencia, de la angustia y desesperación. Aburrieron hasta las musarañas, que se pasearon por el césped ante un cadaver en descomposición. La Selección Española no pudo superar a una débil Rumanía, y cayó por un gol de Marica, que se la ‘clavó’ no sólo a la moral de los jugadores sino al técnico Luis Aragonés. ¿Volverá a dimitir? Pero…ya había dimitido…qué curiosa contradicción.

El caso es que los jugadores, desmotivados, casi ausentes, no supieron calibrar un motor cada vez más apagado. Los españoles no rindieron lo suficiente, quizá en el apellido de ese partido se encuentra la razón: «amistoso». Los aficionados desfilaron del Ramón de Carranza con impotencia, con rabia y sin comprender absolutamente nada. Incluso dispusieron de cuatro interminables minutos para igualar el marcador. Pero ya no quedaba tiempo ni para pensar. Rumanía le disparó una flecha envenenada a Luis Aragonés.

Y es que esa podrida y apestosa selección española dejó tan mal sabor de boca que nadie confía en ella. Quizá gracias a esta derrota sirva para airear las miserias de la Federación Española de Fútbol, para abrir las ventanas de una casa en ruinas, para oscurecer a los verdaderos ‘culpables’ de este fracaso. La decepción ya ha tocado fondo. No nada más allá. Es el tope, y a partir de ahora se deben plantear realistas y auténticas soluciones. El partido ante Rumanía fue un choque en el que el técnico español no tenía nada que ganar, pero con este resultado perdió toda la credibilidad, la poca que le quedaba. Le ha hecho mucho daño, a él mismo y a todo el país que depositó, una vez más, su confianza en el equipo. Pero eso es harina de otro costal, porque después del fiasco en Suecia, la prueba de fuego ante Argentina en el que el ‘Sabio de Hortaleza’ salvó sus posaderas en el último momento, ya no hay nada más que perder.

Sin embargo, Aragonés no es el culpable. Quizá es que los jugadores no son tan buenos como hemos pensado. Quizá ya han llegado a su límite. Quizá tengan razón quienes critican al rendimiento del equipo. Quizá no sienten los colores. Quizá, pero la imagen que se dio en Cádiz fue penosa. ¿Qué es lo que no funciona? ¿Qué pieza del engranaje de España está obstruída? Porque al doctor Aragonés no le salieron demasiado bien sus experimentos. Cuatro debutantes y muchas más tristezas. Los jugadores menos habituales estuvieron confundidos durante todo el encuentro, un partido en el que España reaccionó en los últimos minutos con dos escasos latigazos, dos fogonazos que los españoles no supieron controlar, y ahora el fuego de la vengüenza quemó al técnico español. Y sus horas se cuentan cada vez más rápidas.

Goles:
España:

Rumanía:
(0-1)Marica min. 58

Alineación:
España: Casillas, Ángel, Javi Navarro, Juanito, Antonio López, Angulo, Xabi Alonso, Cesc, Silva, Morientes.

Suplentes: Reina (ps), Lopo, Oubiña, Capdevila, Sergio Ramos, Marcos Senna.

Rumanía: Coman, Rat, Tamas, Chivu, Marin, Radu, Maldarasanu, Cocis, Niculescu, Niculae,
Marica.

Suplentes: Popa (ps), Badoi, Goian, Ghionea, F. Petre, Dica, Petre, Rosu, Buga.

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