Arango marcó gol de la victoria

El Nástic de Tarragona perdió en casa ante el Real Mallorca, por 2-3, en un partido en el que hubo alternancia en cuanto al juego y las ocasiones. A falta de dos minutos para el final, un potente zurdazo del venezolano Juan Arango sentenció el partido.

Con este marcador, el Mallorca rompió con la mala racha de dos derrotas consecutivas, mientras que los de Luis César se hunden en la última posición de la clasificación, y ya no recuerdan lo que es ganar, ya que no lo hacen desde el mes de agosto. Tristán tuvo la primera gran ocasión en el primer minuto, pero la defensa logró despejar milagrosamente. Fue el primer aviso del recital que dio el Mallorca, porque, poco después, un lanzamiento de falta botado por Jankovic salió desviado por poco.

Tuvo que ser mediante un lanzamiento de falta para que el Nástic creara algo de peligro. Campano lanzó bien desde izquierda y Prats despejó con apuros. Los de Manzano siguieron intentándolo, con un Jonás pletórico que hizo la vida imposible a Mingo. Además el centro del campo era un pasillo para los visitantes.

El Nástic se hundía en su propia desesperación ante tal aluvión, y sólo Portillo quiso romper la dinámica, pero lejos de la portería, y poniéndoselo fácil a Prats. Fueron ocasiones aisladas para el Nástic, mientras que la máquina de Mallorca continuaba creando fútbol. El primer gol llegó en el minuto 40 en un centro hacia el punto de penalti por donde pasaba Campano, que no tuvo más que empujar a la red.

Luis César decidió prescindir de Pinilla para dar entrada a un centrocampista defensivo, Manolo. Eso rompió completamente el entramado local, justo en el momento que había conseguido acoplarse.

Jankovic aprovechó para empatar con un disparo desde la frontal. El Nástic se volvió a hundir, y el Mallorca supo sacar provecho de la situación. Poco después llegó la puntilla. David García regaló de forma incomprensible el balón a Víctor dentro del área, y éste no falló.

El Nástic quiso reaccionar nuevamente, tras tocar otra vez fondo, y a fe que lo hizo. Con más corazón que cabeza, pero asedió la portería de Prats. Una falta lanzada por Campano la remató Rubén Castro en el segundo palo, logrando un gol que devolvió la emoción al partido, ya que el Nástic se volvió a hacer con el partido. A falta de dos minutos, Arango no perdonó y de un zurdazo impresionante a la escuadra sentenció el partido.

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