Rafa Nadal no tendrá la oportunidad de vengarse de Roger Federer por su última derrota oficial. Tendrá que esperar al año que viene. Pero eso no le preocupa. De hecho, está más sosegado que de costumbre. Tanto es así que dice que ha aprendido a estar «más tranquilo».
Unas declaraciones realizadas durante una entrevista con Efe, en la que reconoce que su estabilidad es gracias a esa tranquilidad de la que disfruta actualmente. Sin embargo, bien sabe que ha vivido situaciones muy duras durante este año.
Para mí solo tuve bajón en dos torneos, Toronto y Cincinnati donde no estuve a la altura o al nivel que debía, pero luego he estado a un buen nivel en Madrid y en Shanghai. Creo que la del US Open, porque me hacía ilusión ese torneo. Llevaba jugando mal dos y había recuperado la línea de trabajo, mi nivel, y era una oportunidad. Youznhy no tiene el nombre como sucede cuando pierdes contra un Roddick o un Hewitt. Me vine un poco abajo ahí, pero con trabajo y ganas he vuelto a jugar muy bien al final de año.
El español está contento con su forma física, pero entre sus objetivos más a corto plazo se encuentra el «ser mejor tenista». Así simplemente, pero para conseguir tal fin será necesario «mejorar mi golpe ganador de derecha y esto es tanto mentalmente como físicamente. Hay que incidir en eso, y a lo mejor este año no sale bien pero si tengo este potencial, si no es el año que viene será al siguiente. Si uno quiere optar a ser el ‘número uno’ del mundo hay que mejorar, y ser más completo en todas las superficies».
El número dos del mundo tiene por delante una ardua tarea: la de desbancar al mejor tenista del planeta, Roger Federer que demuestra que, cada vez que se enfrenta a Nadal, tiene muchos más problemas que el resto de tenistas. ¿Será por algo en especial?
«Es personal, no tengo ni idea. Veo que, lo mismo en Shanghai cuando él estaba jugando al mejor nivel que le he visto nunca, en su mejor momento de la carrera, eso pasaba. Yo veía que, aunque con Roddick sufrió mucho y salvó tres bolas de partido, conmigo corre más. Normalmente él juega muy parado y con dos pasos está en muchos sitios y conmigo tiene que desplazarse, incluso a veces, pocas, pierde el equilibrio y consigo que se salga de su estilo de juego, cosa que ocurre muy pocas veces, porque saca muy bien y juega golpes perfectos.»
