Un Giro menos áspero

El 90ª Giro de Italia comenzará el 12 de mayo en Cerdeña y finalizará 3.442 km después en Milán. Los protagonistas de la presentación del recorrido coincidieron en afirmar que se ha ‘humanizado’ el trazado, a pesar de las cuatro llegadas en alto, incluida una cronoescalada.

«Es un recorrido menos duro que el del año anterior, pero aún exigente», resumió tras la presentación del mapa del Giro su director deportivo, Angelo Zomegnan. «Digamos que es más humano y que busca la emoción hasta el último día», resumió.

Los protagonistas, en general, también mostraron su satisfacción por el trazado, «para todos», en palabras del último ganador de la carrera, Ivan Basso, quien auguró «un Giro muy espectacular».

Para Damiano Cunego, se trata de un buen recorrido «muy completo» y el escalador Gilberto Simoni no se mostró tan satisfecho, aunque reconoció que «habrá subidas muy duras». Danilo Di Luca, por su parte, expresó su satisfacción por la inclusión de una cronoescalada en el Santuario de Oropa.

El ex campeón Francesco Moser indicó, sin embargo, que el Giro se mantiene fiel a los escaladores, «con bastante montaña y pocos kilómetros de contrarreloj», mientras que Felice Gimondi bautizó el recorrido como «compensado».

De Cerdeña a Milán
La carrera empezará en la isla de Cerdeña con una contrarreloj por equipos de 24 kilómetros y regresará a la península italiana al término de la tercera etapa. El traslado obligará a una jornada de reposo antes de iniciarse, el miércoles 16 de mayo, la cuarta etapa, que es la primera con meta de montaña en Montevergine di Mercogliano.

Tras la primera toma de contacto con la montaña, los corredores iniciarán una serie de etapas más aptas para los velocistas, hasta que en la 10ª etapa se afronte la segunda etapa con final en alto, en el Santuario de Nuestra Señora de la Guardia.

A partir de ese momento se entra en el terreno crucial de la carrera, donde los escaladores contarán con terreno para expresarse, muy especialmente en la 12ª etapa, entre Scalenghe y Briançon. Antes de la llegada a la meta francesa, la caravana superará la ‘Cima Coppi’ -el Agnello (2.744 metros de altitud)- y el Izoard.

Al día siguiente espera la dura ascensión al Santuario de Oropa, que se corona tras 13 kilómetros en la modalidad de cronoescalada individual. Tras un día de planicie, se volverá a una meta en montaña, en las Tres Cimas de Lavaredo.

El Giro regresa a la meta austriaca de Lienz antes de afrontar en la 17ª etapa la última llegada en altitud, en el Monte Zoncolan. Tras esta última prueba para escaladores, los rodadores tendrán la oportunidad de recortar su desventaja en la única contrarreloj individual llana del recorrido, de 42 kilómetros en la penúltima etapa.

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